Recientemente, EDITED, una importante empresa de datos que trabaja con marcas y minoristas de todo el mundo, analizó cuáles serán las tendencias de los principales actores del streetwear en 2023.
El streetwear, por mucho que su protagonismo se haya reducido, ha redefinido su imaginario estético y narrativo a lo largo de 2022: Palace x Gucci, Supreme x Swarovski, Balenciaga x adidas, Dickies x Gucci, Dior x Denim Tears son muestras directas de ello, así como una demostración de que el mundo de las grandes colaboraciones high-low, pero, ¿se puede hablar realmente de «low» en lo que respecta a estas marcas de streetwear?
En un diálogo constante entre lo alto y lo bajo, la ropa de calle ha conseguido crear su propia comunidad que ha explorado sus aplicaciones y variaciones, entre ellas el Bloke Core. Fenómeno que comenzó en los abarrotados pasillos de tendencias generados en TikTok, The Bloke Core corresponde a la necesidad de poner un logotipo en una camiseta de fútbol. No es casualidad, pues, que las marcas más cotizadas se caractericen por un detalle estético, normalmente el logotipo, que confirma de inmediato su recognoscibilidad.
Si además tenemos en cuenta que la logomanía contribuyó en gran medida a las ventas de sudaderas en 2022, la encuesta realizada por EDITED confirma la idea de que los logotipos estarán en primera línea en 2023. Aunque parte de la industria del lujo ha tomado el camino de la discreción absoluta, muchas marcas siguen experimentando con logotipos. Vislumbrado, la logomanía responde a la necesidad de aclarar el origen de un artículo sin correr el riesgo de perderse en la inmensidad de propuestas abarrotadas de marcas de moda. La primera ropa de calle que más tiene que ver con el lujo es un testimonio directo de los extremos del logotipo utilizado por marcas como Supreme.
A principios de este año, Versace y Fendi combinaron su ADN para crear una colección con dos logotipos que duplicaban el atractivo de ambas marcas. Casi todas las marcas que aparecen en los informes publicados por Lyst son reconocibles al instante por un logotipo estratégicamente colocado: Diesel, Miu Miu o Prada trabajan tanto en la creación de un lenguaje visual fuerte como en la difusión de un logotipo como sello de su trabajo. Incluso la Maison Valentino, una marca cuya herencia está fuertemente dedicada a la alta costura, presentó una colección en SS23 en la que el monograma se convirtió en un experimento de reinterpretación de los códigos estéticos de la Maison.
Sin olvidar, por supuesto, el trabajo de Kim Jones en Dior Men, que encontró una especie de compromiso estético entre la herencia de Monsieur Dior, el streetwear y la estética de los soft boys. Dolce & Gabbana también utilizó el logotipo como etiqueta en sus prendas masculinas y femeninas, reutilizando el archivo de la marca de los años 90 y principios de los 2000.