Longchamp FW/23: la elegancia francesa se reinventa con el mundo de la equitación

Longchamp nos invita a vivir la emoción de un día en el hipódromo, donde se mezclan los espectadores y los profesionales de este deporte tan elegante y exigente. La colección celebra los valores iniciales de la marca: el saber hacer, la energía y la autenticidad.

El espíritu deportivo y casual-chic de la equitación se refleja en los materiales cálidos y femeninos, como la piel de oveja, el cuero, el cashemire o el tafetán. Los colores son vibrantes y contrastados, desde la ciruela al verde hierba, pasando por el maíz o el azul cobalto. La colección se divide en cuatro líneas que representan a los diferentes personajes que dan vida al hipódromo: los caballerangos, los apostadores, los dueños de los caballos y los jinetes.

Los caballerangos son los encargados de cuidar a los caballos y prepararlos para la carrera. Su estilo es práctico y funcional, con botas de lluvia con el logo oversized de Longchamp, chamarras, chalecos y blusones de piel de oveja, parkas estructuradas con paneles color-block o chamarras con cuello alzado en cuero o franela acolchada. Los tonos cálidos o los estampados de camuflaje complementan las piezas clave chic y deportivas.

Cortesía: Longchamp
Cortesía: Longchamp
Cortesía: Longchamp

Los apostadores son los aficionados que acuden al hipódromo a disfrutar del espectáculo y a probar suerte con las apuestas. Su estilo es más relajado y ecléctico, con pea coats, jerseys y abrigos con rayas marineras, un clásico revisitado por Longchamp. También hay espacio para la feminidad, con pantalones de traje con blusas de volantes o chalecos de oveja sobre vestidos de tafetán.

Los dueños de los caballos son los más elegantes y sofisticados del hipódromo. Su estilo es dandy y refinado, con pantalones de franela de corte recto y sacos con cuello de smoking. Las rayas de tenis son un tema clave de la colección, personificando su espíritu chic y deportivo.

Los jinetes son los protagonistas indiscutibles del hipódromo. Su estilo se inspira en las sedas de las carreras, las famosas chaquetas que visten los jinetes y cuyos llamativos colores y estampados son exclusivos de cada establo. Longchamp recrea este universo con piezas estampadas: vestidos y blusas en seda y algodón con un motivo en blanco y negro aludiendo al tablero de ajedrez, suéteres gruesos de cashemire con motivos geométricos o florales, o abrigos oversize con cuadros escoceses.

Cortesía: Longchamp
Cortesía: Longchamp

El bolso Box-Trot es el complemento perfecto para esta colección. Se presenta en nuevos tonos vibrantes y en un nuevo formato baguette. Su diseño evoca el mundo ecuestre con sus detalles metálicos y sus correas ajustables.

“Me encanta el concepto de layering, ya que te permite crear una sensación acogedora y envolvente que necesitas en invierno, sin dejar de tener un aspecto chic y casual”.

Sophie Delafontaine, directora creativa de Longchamp
Cortesía: Longchamp

Pero Longchamp no solo se dirige a las mujeres, la marca también tiene una larga trayectoria en la moda masculina, ofreciendo bolsos, maletas, accesorios y ropa de calidad y estilo. Desde sus inicios, Longchamp se ha distinguido por su innovación y su creatividad, creando productos que se adaptan a las necesidades y gustos de los hombres modernos.

La historia de Longchamp se remonta a 1948, cuando Jean Cassegrain reveló su original visión de la elegancia francesa y reinventó los códigos del lujo moderno con la marca Longchamp. Su primer producto fue una pipa revestida de piel, que tuvo un gran éxito entre los fumadores de la época. A partir de ahí, Cassegrain amplió su gama de productos y creó una línea de accesorios de piel para fumadores, escritores y viajeros.

El nombre de Longchamp se inspiró en el hipódromo de Longchamp, donde se encuentra el molino más antiguo de París. El logotipo de la marca, un caballo al galope, simboliza la elegancia y el movimiento, y está inspirado por el universo guarnicionero, al que la marca dedicó sus colecciones.

En los años 50 y 60, Longchamp se expandió internacionalmente y se convirtió en una referencia en el mercado del lujo. En los años 70, la marca revolucionó el concepto de bolso de viaje con sus propuestas de nylon y piel, que combinaban ligereza, resistencia y funcionalidad. Uno de los modelos más emblemáticos fue el Xtra-Bag, un bolso plegable que se podía guardar en una pequeña funda.

Cortesía: Longchamp

En los años 80 y 90, Longchamp continuó innovando y creando nuevos modelos de bolsos, como el LM, el Roseau o el Veau Foulonné. También lanzó su primera colección de prêt-à-porter masculino, con prendas inspiradas en el mundo del viaje y la aventura.

En 1993, Longchamp creó el bolso Pliage, que combina nylon y cuero, y que se ha convertido en uno de los iconos de la marca. El Pliage es un bolso versátil, práctico y elegante, que se puede plegar y desplegar según las necesidades. El Pliage ha sido reinterpretado en múltiples versiones, colores y tamaños, e incluso ha contado con la colaboración de artistas y diseñadores como Jeremy Scott, Tracy Emin o Sarah Morris.

En el siglo XXI, Longchamp sigue siendo una marca líder en el sector del lujo, con más de 300 tiendas en todo el mundo. La marca ha ampliado su oferta con nuevas líneas de bolsos, maletas, accesorios y ropa para hombre y mujer. Algunos de los modelos más recientes son el Box-Trot, el Mademoiselle o el Baxi.

Longchamp es una marca que combina tradición e innovación, calidad y creatividad, elegancia y funcionalidad. Una marca que se adapta a los tiempos y a las tendencias, sin perder su esencia ni su identidad. Una marca que ofrece a los hombres una experiencia completa de estilo de vida.

1 comment
Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Related Posts
Total
0
Share