En el mundo del lujo y la velocidad, pocos nombres resuenan con la autoridad y el prestigio de Bugatti.
Esta marca, renacida en 2004, ha redefinido los límites del rendimiento automovilístico con obras maestras como el Veyron y el Chiron, cada uno marcando hitos insuperables en su tiempo. El Veyron, el primer coche de carretera con más de 1.000 CV, y el Chiron, que elevó la apuesta con 1.500 CV, demostraron que Bugatti no solo se trata de velocidad, sino de una mezcla inigualable de ingeniería, lujo y belleza.
Ahora, veinte años después de que Bugatti revolucionara el mundo de los hiperdeportivos, la marca nos sorprende una vez más con el Bugatti Tourbillon. Este nuevo modelo no solo es un tributo a la rica herencia de la marca, sino una declaración audaz de lo que el futuro de la automoción puede y debe ser. El Tourbillon lleva consigo la promesa de ser un icono no solo para su tiempo, sino para la eternidad.
Desde su concepción, el Bugatti Tourbillon ha sido guiado por la filosofía intransigente de Ettore Bugatti: “si es comparable, ya no es Bugatti” y “nada es demasiado hermoso”. Estas máximas han inspirado a los equipos de diseño e ingeniería a crear un vehículo que no solo supera las expectativas de rendimiento, sino que también encapsula una belleza y lujo incomparables. Los modelos históricos como el Type 57SC Atlantic y el Type 35 han proporcionado la inspiración necesaria para crear un coche que es, sencillamente, incomparable.
El nombre Tourbillon, una palabra francesa que evoca precisión y complejidad, es una referencia perfecta al carácter de este automóvil. Similar al mecanismo de relojería que contrarresta la gravedad para asegurar un cronometraje consistente, el Bugatti Tourbillon está diseñado para perdurar y seguir siendo relevante, sin importar cuánto cambien las tecnologías o las modas automovilísticas.
El diseño del Bugatti Tourbillon sigue la tradición de la marca, moldeado por la velocidad y la eficiencia aerodinámica. Cada superficie, entrada y cresta del coche ha sido meticulosamente perfeccionada para asegurar no solo la aerodinámica, sino también la termodinámica del vehículo. Inspirado en los modelos históricos de Bugatti, como el Type 35 y el Type 57SC Atlantic, el Tourbillon presenta una parrilla en forma de herradura, una línea central prominente y una elegante división de dos colores.
Frank Heyl, Director de Diseño de Bugatti, explica que la estética del Tourbillon busca no solo la belleza, sino también una funcionalidad extrema. La forma aerodinámica del fuselaje y la cuidadosa colocación de volúmenes funcionales proporcionan una postura que enfatiza la velocidad y la potencia, incluso cuando el coche está en reposo.
El interior del Bugatti Tourbillon es una oda a la relojería suiza y a la ingeniería de precisión. En un mundo donde las pantallas digitales rápidamente se vuelven obsoletas, Bugatti ha optado por un enfoque atemporal. El cuadro de instrumentos, elaborado con la experiencia de relojeros suizos, está compuesto por más de 600 piezas y construido con materiales exquisitos como el titanio y gemas preciosas. Este diseño garantiza que el interior del Tourbillon siga siendo relevante y funcional durante generaciones.
El corazón del Bugatti Tourbillon es un motor V16 de 8.3 litros, desarrollado en colaboración con Cosworth, que produce 1.000 CV, complementado por motores eléctricos que aportan 800 CV adicionales. Esta combinación híbrida no solo proporciona una potencia extraordinaria, sino también una eficiencia sin precedentes. La batería de 25 kWh permite una autonomía eléctrica de más de 60 km, demostrando que la innovación y la sostenibilidad pueden coexistir en un hiperdeportivo de lujo.
El Tourbillon, con su construcción ligera y aerodinámica avanzada, promete un rendimiento incomparable. Cada componente ha sido diseñado para reducir el peso sin comprometer la robustez, desde el chasis de carbono hasta los brazos de suspensión impresos en 3D. Este enfoque innovador asegura que el Tourbillon no solo sea el Bugatti más potente hasta la fecha, sino también uno de los más ligeros y eficientes.
El Bugatti Tourbillon es más que un coche; es una declaración de lo que la ingeniería y el diseño pueden lograr cuando se combinan con una visión intransigente de la perfección. Con solo 250 unidades producidas y un precio de salida de 3,8 millones de euros, el Tourbillon no es solo un vehículo de alta gama, sino una pieza de colección diseñada para perdurar más allá de las tendencias y las generaciones.