La industria de la moda y el streetwear es un terreno donde las marcas no solo luchan por la supremacía en las calles, sino también en los tableros de los conglomerados globales.
En un mundo donde la autenticidad es clave y las fusiones pueden parecer una traición a la esencia original de una marca, la reciente adquisición de Supreme por EssilorLuxottica ha dejado a muchos rascándose la cabeza. Esta movida estratégica ha suscitado dudas y debates sobre las verdaderas motivaciones detrás de la compra y lo que podría significar para el futuro de ambas entidades.
Supreme, la icónica marca de streetwear fundada en 1994 por James Jebbia, siempre ha sido un referente de autenticidad y exclusividad en el ámbito del skate y la moda urbana. A lo largo de los años, ha construido una devota legión de seguidores gracias a su estrategia de lanzamientos limitados y colaboraciones exclusivas. Sin embargo, la venta de Supreme por parte de VF Corporation a EssilorLuxottica por $1.5 mil millones, una cifra significativamente inferior a los $2.1 mil millones que VF pagó en 2020, ha generado inquietudes y especulaciones.
VF Corporation, que adquirió Supreme en 2020, anunció recientemente la venta de la marca a EssilorLuxottica, gigante del sector de la óptica, dueño de más de 150 marcas de eyewear, incluyendo Ray-Ban y Oakley. La razón aparente detrás de esta decisión, según el CEO de VF Corp, Bracken Darrell, es la falta de sinergias entre los modelos de negocio de VF y Supreme. Esta venta también busca otorgar mayor flexibilidad financiera a VF y apoyar su programa de crecimiento a largo plazo.
El movimiento ha sido descrito por expertos de la industria como un “enigma”. Douglas Hand, abogado de moda y profesor, señala que aunque EssilorLuxottica posee y licencia una vasta cantidad de marcas de eyewear, nunca ha incursionado en una marca que represente la moda en su verdadera esencia. Esta adquisición parece una estrategia para diversificar su portafolio y atraer a un nuevo segmento de consumidores.
Ross Wilson, un coleccionista de larga data y amigo de la marca, resalta que Supreme pudo haberse vendido en masa durante el auge del streetwear en los 2000, pero optó por una ruta más lenta y constante, consolidando su credibilidad en el ámbito del skate y creando una demanda feroz por sus productos limitados. Esta estrategia de exclusividad y autenticidad fue clave para su éxito, pero también puede haber contribuido a las recientes dificultades de la marca.
En los últimos años, Supreme ha mostrado señales de desgaste. En 2022, fue desplazada del primer lugar en el mercado online de streetwear StockX por la marca independiente Fear of God. Para el año fiscal que finalizó en marzo de 2023, Supreme reportó ingresos de $523.1 millones, una disminución de $38.4 millones respecto al año anterior. Este declive ha generado especulaciones sobre la pérdida de su brillo y su relevancia en el mercado.
Ollie Cox, escritor de moda en la publicación enfocada en la Gen Z, Culted, destaca que la fidelidad a la marca ha disminuido. Los consumidores que buscan prendas sin logos ostentosos pueden optar por alternativas como Our Legacy, lo que refleja una disminución en la lealtad basada únicamente en la marca.
EssilorLuxottica parece tener dos principales motivaciones para esta adquisición: la captación de nuevos clientes y la explotación de los márgenes de la industria que ya domina. La incorporación de Supreme a su portafolio podría permitirle expandir su alcance en el mercado del lujo y atraer a consumidores jóvenes que podrían convertirse en leales a largo plazo después de adquirir su primer par de gafas de marca.
Francesco Milleri, presidente y CEO de EssilorLuxottica, y Paul du Saillant, CEO adjunto, expresaron en un comunicado que ven una oportunidad increíble al integrar una marca icónica como Supreme en su compañía. Esta adquisición no solo les ofrece una conexión directa con nuevas audiencias, sino también la posibilidad de preservar el enfoque comercial y la experiencia del cliente que caracteriza a Supreme.