Florencia, una ciudad donde cada piedra cuenta una historia, ha sido durante siglos un punto neurálgico para el arte, la cultura y la moda.
La ciudad, cuna del Renacimiento, se erige no solo como un museo al aire libre, sino también como un centro de inspiración constante para artistas y diseñadores de todo el mundo. En este contexto, Ferragamo, una marca que ha tejido su legado con hilos de lujo y artesanía, regresa a sus raíces para presentar una nueva colección que no solo refleja su identidad, sino también la esencia de Florencia misma.
La conexión entre Ferragamo y Florencia va más allá de una simple elección de locación; es un diálogo continuo entre la marca y la ciudad, entre la historia y la modernidad. Florencia no es solo un telón de fondo; es un protagonista en la narrativa que Ferragamo busca contar. En esta nueva temporada, la marca no solo rinde homenaje a su legado, sino que lo reinterpreta a través de la lente de Juergen Teller, un fotógrafo que, con su visión cruda y moderna, encapsula la fusión de lo clásico y lo contemporáneo.
Juergen Teller, conocido por su enfoque sin concesiones hacia la realidad, nos ofrece una visión de Florencia que va más allá de los clichés turísticos. A través de su lente, la ciudad se convierte en un escenario vivo donde lo antiguo se mezcla con lo nuevo, donde las calles históricas resuenan con la vibrante energía de la modernidad. Maximilian Davis, director creativo de Ferragamo, describe esta colaboración como una búsqueda de autenticidad, una exploración de cómo las personas reales viven y respiran la moda en su entorno cotidiano.
Es imposible hablar de Florencia sin mencionar el Palazzo Spini Feroni, un edificio del siglo XIII que no solo es la sede de Ferragamo, sino también un símbolo de la unión entre la tradición y la innovación. Este palacio, con su imponente arquitectura medieval, ha sido testigo del crecimiento de la marca desde que Salvatore Ferragamo lo adquiriera en la década de 1930. Hoy, el Palazzo no solo alberga las oficinas de la marca, sino también un museo que celebra la rica historia de Ferragamo, convirtiéndose en un faro de la moda en la ciudad.
Además, la elección de locaciones para esta campaña no es casualidad. Cada lugar, desde la Loggia dei Lanzi hasta el Caffè Rivoire, ha sido seleccionado con precisión para resonar con la identidad de la marca. La Loggia dei Lanzi, con sus esculturas renacentistas, es un recordatorio de la grandeza de Florencia, mientras que el Caffè Rivoire, un punto de encuentro para intelectuales y artistas, simboliza el cruce de caminos entre la cultura y la moda. Estas locaciones no solo enmarcan la colección, sino que la elevan, creando un diálogo visual entre el pasado y el presente.
En el corazón de esta narrativa se encuentra Raquel Zimmermann, quien personifica la belleza intemporal de Florencia. Zimmermann no es solo un modelo; es una musa que, junto a figuras icónicas como Peter Saville y Lina Zhang, trasciende los límites de la moda para convertirse en un símbolo de la herencia multigeneracional de Ferragamo. La campaña, más que un simple escaparate de moda, es una celebración de la comunidad, de la familia que Ferragamo ha creado a lo largo de los años.
Explorar Florencia a través de los ojos de Ferragamo es embarcarse en un viaje que trasciende las barreras del tiempo. Cada pieza de la colección no solo refleja la elegancia y sofisticación que caracterizan a la marca, sino que también lleva consigo la historia de una ciudad que ha influido en la moda mundial durante siglos. Es una colección que invita a reflexionar sobre la importancia del patrimonio, mientras nos desafía a mirar hacia el futuro con un espíritu renovado.