Çantamarta: la fusión de raíces, resiliencia y música que trasciende fronteras

En un mundo musical lleno de sonidos comerciales y fórmulas predeterminadas, hay algo revitalizante en encontrar proyectos que desafían las normas, fusionan géneros y, sobre todo, cuentan historias auténticas.

Çantamarta es uno de esos grupos que ha logrado equilibrar la tradición con la innovación, abrazando la migración, la resiliencia y la celebración de la vida como elementos esenciales de su propuesta. Su música, una amalgama de alt-rock, dembow, R&B y sonidos folclóricos, ha trascendido las fronteras del mainstream y ha creado un espacio propio donde la identidad y la lucha se encuentran en un constante diálogo.

La banda no es solo un grupo musical, sino una manifestación de lo que significa ser parte de una generación que se enfrenta a desafíos globales. A través de su álbum Pasarela, han logrado canalizar sus propias experiencias migrantes en un relato sonoro que es a la vez introspectivo y festivo. La pregunta que surge es: ¿cómo han logrado balancear estos contrastes, convertirlos en una obra cohesiva y, aún así, mantener la esencia de cada uno de los géneros que exploran? La respuesta, aunque compleja, radica en una visión artística clara: fusionar emociones y sonidos en una pasarela de historias, sonidos y culturas que, aunque diferentes, convergen en un mismo lugar: la vida.

Crear una mezcla de géneros tan rica y diversa no es tarea sencilla. La experimentación con el alt-rock, el dembow, el R&B y los sonidos folclóricos es una declaración de intenciones: no hay límites para lo que puede sonar auténtico. La clave está en encontrar la armonía entre la tradición y la vanguardia, sin que ninguna de las influencias pierda su identidad original. Según los miembros de Çantamarta, el proceso de creación de Pasarela fue un viaje largo, en el que se preguntaron constantemente hacia dónde debía inclinarse el álbum. Si bien algunos momentos del disco son claramente urbanos y raperos, otros exploran un terreno más melódico, casi romántico. Sin embargo, lo que destaca es la forma en que logran integrar estos contrastes sin perder la esencia de lo que son como banda.

“Lo que queríamos transmitir con Pasarela era la sensación de una ciudad en movimiento, una pasarela que representara tanto la lucha como la celebración”, nos cuentan. Y es que, detrás de esa fusión de sonidos, se encuentra un mensaje poderoso: la vida es un escenario donde todo puede pasar, donde las emociones son tan diversas como los géneros musicales que eligen para expresarlas.

Uno de los temas más fuertes que atraviesa todo el álbum es la migración, un fenómeno que no solo está presente en la música, sino también en la propia historia de los miembros de Çantamarta. Con orígenes en diferentes puntos del mundo, su música refleja la experiencia de aquellos que, por diversas razones, se ven obligados a dejar su tierra natal en busca de un futuro mejor. A lo largo de Pasarela, la migración se presenta como un proceso doloroso pero lleno de esperanza. La mezcla de alegría y nostalgia es palpable en cada acorde, en cada letra, en cada sonido.

El grupo se refiere a la migración como una fuerza que les permitió unirse, no solo en lo musical, sino también en lo humano. “Somos tres personas que llegamos a España desde diferentes lugares: el Caribe, el sur de España y Andalucía. Todos somos migrantes, y nuestra música refleja esa experiencia de manera honesta”, explican. En Pasarela, los miembros de Çantamarta han logrado capturar la complejidad de lo que significa estar lejos de casa: el dolor de la separación, pero también la resiliencia de seguir adelante.

Un elemento fundamental en la música de Çantamarta es la guitarra, que se convierte en el hilo conductor que une las diversas influencias. Desde el dembow hasta el alt-rock, la guitarra es el pegamento que mantiene la identidad del grupo, y es justamente esa guitarra la que le da al disco un toque personal y único. La forma en que combinan los riffs de guitarra con ritmos caribeños o toques de salsa demuestra su habilidad para hacer que lo tradicional se mezcle con lo moderno sin perder su autenticidad.

Además, la experimentación con la guitarra española, presente en algunas de las canciones más melódicas del álbum, aporta un contraste interesante con las bases electrónicas y los beats urbanos. Es este contraste el que hace que Pasarela no solo sea un álbum de géneros fusionados, sino un trabajo que narra una historia de resiliencia, de mestizaje sonoro y de cultura compartida.

Pero la música de Çantamarta no solo se escucha, también se ve. En sus presentaciones, el componente visual juega un papel crucial. Desde la estética de sus videos hasta su presencia en el escenario, la banda se asegura de que la imagen que proyectan sea tan poderosa como la música que crean. “La pasarela es también un espacio visual, donde se combinan la moda, la actitud y la música. Es fundamental para nosotros que lo visual y lo sonoro vayan de la mano”, comentan.

De hecho, el concepto visual es tan importante como el sonoro, ya que ambas dimensiones se complementan y se refuerzan mutuamente. A través de sus conciertos, videos y redes sociales, Çantamarta invita a su audiencia a experimentar una pasarela de emociones y sonidos.

Mirando hacia el futuro, Çantamarta tiene claro que seguirán explorando nuevos territorios sonoros. “Nos gustaría seguir experimentando con géneros como el flamenco o la música africana, seguir fusionando sonidos que no necesariamente se ven juntos, pero que a nosotros nos hacen sentido”, aseguran. En su visión, la música no tiene fronteras, y su objetivo es seguir llevando sus historias a un público aún más amplio, sin perder su esencia ni el mensaje que quieren transmitir.

El grupo tiene claro que, como artistas migrantes, su papel en la música alternativa va más allá de la creación sonora: quieren ser una voz para aquellos que, como ellos, se encuentran en una constante búsqueda de pertenencia, identidad y, por supuesto, celebración.

En Pasarela, Çantamarta no solo ha creado un álbum; han narrado una historia profunda de migración, resiliencia y esperanza. Su música, tan diversa como sus orígenes, trasciende las barreras de lo genérico y se convierte en un testimonio sonoro de la lucha por ser uno mismo en un mundo que constantemente cambia. A través de su fusión de géneros y la intersección de lo visual y lo sonoro, la banda ofrece una experiencia completa, un viaje que invita a reflexionar sobre lo que significa realmente ser parte de algo más grande que uno mismo.

La pasarela de la vida, como bien dicen, es un lugar de encuentro y superación, donde cada paso cuenta, y donde lo que importa no es solo el destino, sino el recorrido.

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