Vivimos en una época donde la fugacidad parece ser la norma. Las tendencias nacen y mueren a la velocidad de un scroll, y la identidad se diluye en un mar de imágenes efímeras. Pero, en medio de este torbellino, emerge una constante: el legado. Aquello que se construye con esfuerzo, pasión y una visión clara, trasciende las modas pasajeras y se convierte en un referente atemporal.
El legado no es solo herencia, es evolución. Es tomar las bases sólidas del pasado y proyectarlas hacia el futuro con audacia y frescura. Es el equilibrio perfecto entre la experiencia y la innovación, entre la sabiduría de los años y la energía de la juventud. Y es precisamente en este punto de encuentro donde se forjan las historias que merecen ser contadas, como un motor V12 bien afinado que ruge con la potencia de la historia y la promesa del mañana.

Imaginen por un momento la escena: una imponente mansión británica, rodeada de jardines que parecen sacados de un cuento de hadas. En este escenario, dos figuras icónicas del automovilismo, Carlos Sainz padre e hijo, comparten momentos de complicidad y camaradería. No son solo padre e hijo, son dos generaciones unidas por una pasión en común, y por supuesto, un estilo que los delata.
La relación entre un padre y un hijo es un vínculo único, una transmisión de conocimientos y valores que se entrelaza con la búsqueda de la propia identidad. Es un juego de espejos donde el reflejo del pasado se fusiona con la proyección del futuro.

El fotógrafo neoyorquino Arnaldo Anaya-Lucca ha sabido capturar esta esencia en imágenes que transmiten autenticidad y emoción. Desde el ajuste de una corbata, que simboliza la guía y el consejo, hasta una partida de backgammon, que evoca la competencia sana y el aprendizaje mutuo, cada fotografía es una ventana a un universo de significados. Y si prestan atención, notarán el impecable tailoring que ambos portan; una segunda piel que habla por sí sola.
La colección PV/25 de Hackett London se presenta como el hilo conductor de esta narrativa. Las prendas, cuidadosamente seleccionadas, reflejan la versatilidad del hombre contemporáneo, aquel que transita entre la formalidad y la informalidad con naturalidad y elegancia. No es solo ropa, es una armadura para enfrentar los desafíos del día a día.
La colección PV/25 de Hackett London se presenta como el hilo conductor de esta narrativa. Las prendas, cuidadosamente seleccionadas, reflejan la versatilidad del hombre contemporáneo, aquel que transita entre la formalidad y la informalidad con naturalidad y elegancia. No es solo ropa, es una armadura para enfrentar los desafíos del día a día.
Carlos Sainz hijo, con su energía juvenil y su estilo vanguardista, luce un traje Príncipe de Gales que combina lana, seda y lino, una mezcla audaz que desafía las convenciones. Su padre, Carlos Sainz padre, personifica la sofisticación atemporal con un traje de viaje azul marino de lana fina, un clásico que nunca pasa de moda. Dos estilos distintos, pero complementarios, que demuestran que la elegancia no tiene edad.

Pero la colección no se limita a la sastrería impecable. También encontramos prendas más relajadas, como la sobrecamisa de ante en beige arena o la chaqueta de campo Velospeed, que demuestran la capacidad de adaptación de la marca a diferentes contextos y situaciones. Porque el hombre Hackett no se define por un solo estilo, sino por su actitud ante la vida. Una actitud que se resume, tal vez, en la confianza inquebrantable.
Esta colaboración entre Hackett London y los Sainz no es casualidad. La marca británica tiene una larga trayectoria ligada al mundo del automovilismo, un universo donde la pasión, la precisión y la búsqueda de la excelencia son valores fundamentales. Es una alianza natural, una sinergia entre dos mundos que comparten una misma filosofía.


La propuesta de Hackett London para esta temporada se centra en la ligereza y la comodidad, sin sacrificar la elegancia. Los blazers, las chaquetas y los jerséis relajados son perfectos para el entretiempo, mientras que las prendas de punto de algodón y seda aportan un toque de sofisticación y frescura. Los patrones clásicos, las rayas y los estampados refinados se combinan con camisas de manga corta, polos de lino y camisetas, creando un guardarropa versátil y adaptable. Una curaduría que habla del buen gusto, y de cómo los detalles elevan cualquier atuendo.
La campaña de Hackett London es mucho más que una simple presentación de moda. Es una reflexión sobre el paso del tiempo, la importancia de los lazos familiares y la búsqueda de un estilo propio. Es un recordatorio de que la verdadera elegancia reside en la autenticidad, en la capacidad de ser fiel a uno mismo sin renunciar a la evolución.
