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Geometría de vanguardia: el Tourbillon que desafía la tradición (y luce increíble)

El círculo. Forma primordial, omnipresente en la naturaleza y, por extensión, en el diseño humano.

Durante siglos, la relojería ha danzado al compás de esta geometría perfecta, donde las manecillas trazan órbitas incesantes y los engranajes giran en una armonía redonda. Es una tradición arraigada, casi un dogma. Pero, ¿qué sucede cuando una visión audaz decide quebrar el molde, no por capricho, sino como una evolución natural de la maestría técnica y la expresión estética? Hay momentos en que las convenciones se sienten como límites, y es precisamente en esa frontera donde la verdadera innovación cobra vida, desafiando nuestras percepciones sobre lo que un objeto, incluso uno tan familiar como un reloj, puede llegar a ser.

La narrativa de la relojería está plagada de hitos, de momentos donde la ingeniería y el arte convergen para dar paso a lo inesperado. Durante mucho tiempo, la respuesta a la pregunta “¿Por qué los relojes son redondos?” parecía autoevidente: la rueda, su componente esencial, dicta la forma. Sin embargo, para ciertas casas relojeras, esta simplicidad es un lienzo en blanco, una invitación a explorar territorios desconocidos. En este espíritu de vanguardia, la manufactura de Nyon, Hublot, decidió en 2022 que el futuro de la Alta Relojería no podía construirse únicamente sobre los cimientos del pasado, por gloriosos que estos fueran. Así nació una nueva dimensión en su ya icónica familia Big Bang: el Square Bang. Un nombre que resuena con potencia, con una radicalidad que se manifiesta en su geometría pura y en una presencia imponente.

El Square Bang no fue un experimento aislado; se consolidó como la tercera gran familia de la marca, junto al Big Bang redondo y el Spirit of Big Bang de forma tonel. Cada uno con su carácter, pero el Square Bang aportó una declaración de fuerza innegable, encapsulando la esencia del Big Bang en una caja cuadrada de 42 mm. Hasta hace poco, esta colección, con más de veinte versiones, se había centrado en la complicación del cronógrafo, un testimonio de la pericia manufacturera de la casa. Pero la evolución es implacable, y el siguiente paso estaba destinado a ser aún más trascendental.

Ahora, el escenario se transforma con la llegada del Square Bang Tourbillon 4-Day Power Reserve. Esta pieza no es una simple variación; es una reinvención dentro de su propia línea.

Se presenta como el primer Square Bang con dos agujas centrales, una aparente simplicidad que esconde una profunda reingeniería. Es el primero en lucir una caja de carbono 3D, un material que habla de ligereza y resistencia con una estética futurista. Es el primero en ser regulado por la majestuosidad de un tourbillon, esa danza mecánica diseñada para desafiar la gravedad. Y, crucialmente, es el primero en ostentar puentes completamente cuadrados, un detalle que podría parecer menor, pero que representa un compromiso absoluto con su forma distintiva. La manufactura integrada de Hublot ha sido clave para este logro, permitiendo el desarrollo del movimiento manual MHUB6023, concebido específicamente para esta arquitectura angular. Con 174 componentes, cada uno de sus puentes, ya sean cuadrados o rectangulares, exhibe acabados satinados y mates que juegan con la luz y acentúan la tridimensionalidad del calibre. Como bien lo expresó Julien Tornare, CEO de la firma, “quisimos ir más allá y diseñamos un movimiento cuya arquitectura también está formada completamente por ángulos rectos… La fusión está completa”.

La coherencia geométrica del Square Bang Tourbillon es una obra de arte funcional. Los componentes principales se distribuyen con una lógica implacable a lo largo de sus cuatro lados: el sistema de remontaje a la derecha, el indicador de reserva de marcha a la izquierda. Verticalmente, el gran barrilete se asienta en la parte superior, mientras que el tourbillon, con su escape de silicio inmune a los campos magnéticos y variaciones térmicas, comanda la inferior.

Este equilibrio se ve realzado por un esqueletizado magistral, que permite que los ángulos y líneas rectas parezcan suspendidos, una arquitectura compleja y virtuosa. La caja de 42 mm, en ese innovador carbono 3D, presenta un trenzado de fibras que forma una estructura de líneas verticales y horizontales, un eco del motivo cuadrado que define al reloj. Incluso la correa de caucho, texturizada con patrones cuadrados, se suma a esta sinfonía de ángulos rectos. Con una reserva de marcha de cuatro días, indicada a las 9 h, esta pieza no solo es un testimonio de diseño, sino también de una formidable autonomía y fiabilidad.

El Square Bang Tourbillon 4-Day Power Reserve trasciende la categoría de mero accesorio de lujo y se erige como un emblema de la audacia calculada, un testimonio de que las reglas, incluso las más arraigadas en la tradición relojera.

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