Hay fiestas en las que todo pasa demasiado rápido: intercambios improvisados, listas infinitas, compras por apps y un feed lleno de fotos casi idénticas. Y luego están esas noches contadas en las que el tiempo baja la velocidad: una mesa pequeña, pocas personas, una libreta abierta, alguien que se toma en serio el detalle de lo que escribe en una tarjeta. En ese punto exacto entre el ruido de la temporada y la calma de los rituales personales es donde la nueva campaña Montblanc Happy Holidays 2025 decide situarse.
Imagina una biblioteca en lo alto de la montaña, madera cálida, luz dorada, decoración festiva con guiños retro y un grupo de personajes que parecen salidos de una película que ya quisieras ver en pantalla grande. No es casualidad: la campaña retoma el universo del cortometraje Let’s Write, dirigido por Wes Anderson, donde la escritura, los viajes y las relaciones cercanas se convierten en un mismo lenguaje visual.
Para un hombre joven que vive entre pantallas, deadlines y vuelos low cost, la pregunta es simple: ¿qué tan seguido conviertes tus fiestas en historias que valga la pena recordar… y no solo en recibos de compra?
La campaña vuelve al ficticio Observatorio del Mont Blanc y a su biblioteca de alta montaña como escenario central. No es un lujo exagerado, sino un espacio que apela a algo que muchos sentimos pero pocas veces admitimos: ganas de volver a escribir a mano, de regalar con intención y de viajar sin perder el estilo en el proceso.

Más allá de los nombres, el mensaje conecta con algo muy cotidiano: todos conocemos a esa persona que puede cruzar el océano para verte, pero que a la hora de elegir un regalo termina comprando lo primero que encuentra en un centro comercial abarrotado. La campaña propone lo contrario: pensar el regalo como una extensión de lo que escribes, de las palabras que eliges y de la forma en la que decides estar presente para tu gente, incluso cuando la distancia complica todo.
La cápsula Happy Holidays toma el ADN de la casa en escritura y viajes, y lo mezcla con algo que hoy echamos de menos: la estética de las postales viejas, las cartas con matasellos y los mapas que se doblan, no que se amplían con dos dedos. Las ilustraciones dibujadas a mano muestran a una pareja de viajeros a los pies del Mont Blanc, rodeados de aviones, trenes y cartas volando en un estilo vintage que podría estar en la pared de un estudio creativo o en la portada de tu cuaderno favorito.
Detrás de ese mood hay una convicción clara: la escritura sigue siendo una de las formas más poderosas de conectar a distancia, de guardar memoria y de decir “estoy contigo” sin depender de un algoritmo. Esa idea se traduce directamente en los objetos.

Dentro de este universo festivo, la pluma estilográfica 149 Meisterstück revestida de oro funciona como el equivalente contemporáneo a un reloj heredado o a una chaqueta de cuero que se queda en la familia. Nacida en 1924, es uno de esos objetos que no buscan volverse virales; buscan sobrevivir a varias generaciones.
Para quienes buscan una pieza que hable tanto de aventura como de precisión, el Montblanc Iced Sea Automatic Date 0 Oxygen es el guiño relojero de la temporada. Inspirado en el Mar de Hielo, el glaciar más grande del macizo del Mont Blanc, su esfera azul claro con efecto sfumato y textura lograda mediante la técnica gratté-boisé da la sensación literal de asomarte a la profundidad del hielo.

Hay dos formas de entender el lujo en temporada de fiestas. Una, la típica: cajas caras que se compran por impulso y se regalan casi como trofeos silenciosos. Otra, más honesta: piezas pensadas para acompañarte durante años, que cuentan algo sobre quién eres tú y sobre quién es la persona a la que se las entregas.
La línea de la casa siempre ha ido por la segunda opción. Desde la apertura de la Montblanc Haus en Hamburgo un espacio tipo museo dedicado a la historia de la escritura, al proceso de creación de las plumas y a la inspiración que surge cuando tinta y papel se encuentran, la marca ha insistido en que su misión principal es crear “compañeros de por vida”, no simples accesorios de temporada.
Al final del día, las fiestas no se miden por el tamaño del árbol, sino por la cantidad de historias que siguen vivas cuando guardas las cajas. La propuesta de Montblanc Happy Holidays 2025 no es llenar tu casa de objetos; es recordar que escribir, viajar y regalar son tres formas distintas de decirle a alguien “te veo, pienso en ti, quiero estar presente en tu vida”.

