Son las 11:00 p.m. y la luz azul de la pantalla es lo único que ilumina tu habitación. Tu dedo pulgar repite un movimiento mecánico, casi involuntario: deslizar hacia arriba. Pasan rostros, pasan paisajes, pasan ofertas, pasan vidas ajenas. ¿Cuánto de eso realmente registraste? Probablemente nada. Nos hemos convertido en expertos consumidores de píxeles, devorando gigabytes de información visual sin digerir un solo byte.
Esa insensibilidad visual es el síntoma de nuestra era. La saturación nos ha vuelto ciegos a los detalles. Ya no miramos, solo escaneamos. En este contexto de velocidad absurda, donde la moda suele ser tan efímera como una historia de 24 horas, detenerse parece un acto de rebeldía. Y es justo ahí, en esa pausa incómoda, donde surge la pregunta que define la nueva temporada: ¿Viste eso? O mejor dicho, Did You See?
No es casualidad que hablemos de esto. La conversación global sobre el “burnout digital” ha llegado al diseño. La nueva propuesta de Axel Arigato, bajo la dirección de Jens Werner, no intenta gritar más fuerte que el resto del feed de Instagram; al contrario, baja el volumen para obligarte a prestar atención.
Werner pone sobre la mesa una verdad que en NEOMEN hemos discutido antes: si lo vemos todo, no estamos viendo nada. La colección Otoño-Invierno llega a México como un desafío a esa ceguera selectiva. No se trata de ropa o calzado que brilla por exceso de logotipos, sino de piezas que exigen un segundo vistazo para entender su complejidad. Es el retorno a lo táctil en un mundo obsesionado con lo virtual.

Aquí el lujo cambia de significado. Ya no es “poseer” el objeto más caro para presumirlo en una foto estática; el verdadero lujo contemporáneo es tener el tiempo y la capacidad mental para observar los matices. Es la diferencia entre ver una foto de una textura y pasar la mano por una gamuza premium o un tejido técnico.
Cuando trasladamos este concepto al terreno del calzado que, seamos honestos, es la piedra angular del guardarropa masculino actual, la cosa se pone interesante. El sneaker ha dejado de ser un simple accesorio utilitario para convertirse en una “arquitectura de identidad”.
Piensa en el Clean 90. En un invierno donde solemos saturarnos de capas, bufandas y abrigos pesados, este modelo funciona como un limpiador de paladar visual. Es minimalismo sueco puro, pero no por falta de diseño, sino por la precisión de sus líneas. Aporta esa luz y equilibrio necesarios cuando el resto de tu outfit es denso. Es el equivalente a un espacio en blanco en una página llena de texto.

Por otro lado, si la intención es romper la monotonía, la silueta del Dice Lo juega con la nostalgia noventera pero con una ejecución técnica actual. Aquí es donde la tendencia del retro-futurismo cobra sentido: suelas robustas y capas superpuestas que le dan volumen al pie, equilibrando perfectamente el peso visual de una chamarra de piel o un abrigo de lana. Sus tonos terrosos no son un capricho; son una conexión directa con la paleta natural de la temporada, alejándose de los neones artificiales de la pantalla.
Sin embargo, hay una línea delgada entre el diseño inteligente y el simple “ruido” visual. Lo que hace interesante a modelos como el Orbit o el Génesis en esta entrega es que no buscan ser disruptivos por el simple hecho de serlo. Su disrupción es funcional.
El Orbit, con su suela ancha y materiales resistentes, está pensado para transitar calles reales con charcos, pavimento irregular y frío, no solo para verse bien en un render 3D. Y el Génesis, con sus líneas limpias, se siente como una respuesta sobria al caos urbano.

Aquí entra el cuestionamiento crítico: ¿Estamos comprando estos objetos para disfrutarlos nosotros o para que otros los vean? La propuesta Did You See? sugiere que la satisfacción debe ser personal, íntima. Es descubrir ese acabado en el Dice que solo se nota cuando te lo estás amarrando, o sentir la calidad del material al caminar. Son esos “pequeños gestos” de diseño los que generan una pausa en tu día.
Vivimos en la economía de la atención, y regalársela a cualquier cosa es un desperdicio. La moda rápida nos ha entrenado para querer lo siguiente antes de siquiera estrenar lo que acabamos de comprar. Romper ese ciclo requiere disciplina y, sobre todo, criterio. Esta temporada, el reto no es renovar el armario por completo, sino elegir piezas que resistan el escrutinio de una mirada lenta. Ya sea a través de la artesanía, el contraste de texturas o una silueta inesperada, la idea es volver a conectar con el mundo físico.

