La evolución de la moda, especialmente dentro del universo del streetwear, ha sido testigo de cambios profundos en las últimas décadas.
Para nuestra generación, ser cool ya no se define simplemente por usar las marcas más reconocidas o por seguir tendencias de manera pasiva. Hoy, la autenticidad, la narrativa personal y la capacidad de desafiar lo establecido son los nuevos parámetros del estilo. Es en este contexto cambiante donde Nike, una de las marcas más icónicas del mundo, se enfrenta a una pregunta esencial: ¿sigue siendo relevante para las nuevas generaciones?
Nike, una marca que históricamente ha liderado la innovación en calzado y ropa deportiva, se encuentra en una encrucijada. Desde su auge en los años 90 hasta la consolidación de su dominio global en las dos primeras décadas del siglo XXI, Nike siempre ha sido sinónimo de innovación y estilo. Pero, en los últimos años, los movimientos estratégicos de la marca han generado debate entre expertos en moda y entusiastas del streetwear. La eliminación de categorías en 2020 bajo la dirección de John Donahue, reorganizando sus productos por género en lugar de por deporte, es un cambio que ha sido interpretado por algunos como un intento de comercialización masiva que diluye la esencia de la marca.
El streetwear, por definición, ha sido un espacio de resistencia y expresión individual, donde lo exclusivo y lo difícil de conseguir han sido siempre los sellos de lo cool. En este sentido, Nike había dominado el juego al colaborar con tiendas independientes, boutiques y figuras influyentes dentro de las subculturas urbanas. Estas alianzas no solo elevaban el estatus de la marca, sino que la mantenían conectada con las raíces de la cultura juvenil. Sin embargo, la reciente decisión de Nike de reducir su enfoque en la venta mayorista y concentrarse en su plataforma digital ha cambiado radicalmente esa dinámica.
Este cambio hacia un modelo más centralizado ha desconectado a Nike de esos espacios de autenticidad, transformándola en una marca que, aunque sigue siendo masiva y popular, ya no parece resonar de la misma manera en los círculos que alguna vez la veneraban. En un entorno donde la individualidad es celebrada, y donde marcas como New Balance y Asics han capitalizado la nostalgia y lo retro para captar la atención de los consumidores, la percepción de Nike como una marca pionera en innovación y coolness está siendo desafiada.
Por otro lado, es necesario reconocer que la innovación en la moda ha sufrido un cambio en su propia definición. Lo que antes se entendía como la creación de tecnologías avanzadas y diseños futuristas, hoy se percibe como una vuelta a lo básico, una apreciación por lo clásico y lo perdurable. Aquí es donde Nike, a pesar de seguir siendo una fuerza de innovación, ha visto un retroceso en su influencia cultural. Los consumidores ya no buscan lo nuevo por el simple hecho de ser nuevo; buscan lo que resuena con su identidad, lo que tiene historia y un sentido de autenticidad que va más allá del logotipo.
Sin embargo, no podemos ignorar que Nike sigue siendo un titán en la industria. A pesar de las críticas y los cambios en la percepción cultural, la marca ha demostrado una capacidad inigualable para mantenerse relevante a lo largo del tiempo. Su influencia en el mundo del deporte y la moda sigue siendo inmensa, y su legado en la innovación tecnológica y el diseño está profundamente arraigado en la cultura popular.
Entonces, ¿Nike sigue siendo cool? La respuesta depende de cómo definamos lo cool en esta nueva era. Si bien es cierto que la marca ha perdido parte de su mística en algunos sectores, también es innegable que tiene el potencial para adaptarse y reinventarse. Nike no solo representa una marca, sino una historia de éxito y superación, y eso es algo que las nuevas generaciones todavía valoran, aunque en un contexto diferente. La clave para Nike será reencontrar su conexión con las subculturas que una vez la hicieron intocable, y redescubrir el equilibrio entre la innovación y la autenticidad.
A medida que el mundo de la moda y el streetwear evoluciona, Nike enfrenta uno de sus mayores desafíos: redefinir su relevancia en una cultura que valora la autenticidad por encima de todo. Sin embargo, subestimar la capacidad de Nike para adaptarse sería un error. A pesar de las críticas, la marca sigue siendo una potencia global con una rica historia de innovación y éxito.