En un mundo donde el tiempo corre a la velocidad del feed, elegir qué te pones en la cara es tan estratégico como elegir qué te pones encima.
La estética masculina dejó de medirse por lo que ocultas y empezó a leerse por lo que decides mostrar: textura real, piel que respira, color con intención y un ritual que funciona sin secuestrar tu mañana. Aquí entra una idea simple y poderosa: la curaduría mensual como estilo de vida. Un sistema que te descubre productos, reduce el ruido y convierte el baño en un laboratorio ordenado. Y sí, también en una pequeña celebración.
“Los Más Buscados” es una campaña con acento western y humor millennial que retrata a una generación que no espera permiso para verse bien. Cuatro perfiles, cuatro maneras de entender la belleza hoy: la precisión clínica, el trazo editorial, el cuidado inteligente de la piel madura y el color sin miedo. No son antagonistas; son arquetipos que expanden el mapa. El resultado es una narrativa visual que cruza el desierto del algoritmo con algo que escasea: criterio.
Desde 2024, la comunidad se alimenta de tips, reseñas y respuestas rápidas en canales oficiales, un espacio donde el contenido no presume, demuestra. El hilo conductor: educación práctica y disfrutable, más carcajadas que solemnidad, más glow que filtro. Y detrás, una promesa que sí se palpa mes a mes: personalización y acceso.


El escuadrón y sus arquetipos
- Rosshanna Bracho (“La Bracho”): radar quirúrgico para separar hype de resultados; entiende igual de bien ingredientes que acabado en cámara.
- Pamela Segura (“La Jueza del Delineado”): disciplina editorial; su trazo plantea que la precisión también es carácter.
- Rita y Punto (“La Fugitiva del Skincare”): claridad sin condescendencia; habla de piel madura con respeto, método y humor.
- Vicente Montoya (“El Bandido del Color”): cromática sin permiso; cuando el pigmento cuenta una historia, no solo decora.
El Beauty Squad aparece para educar y entretener, pero sobre todo para normalizar una idea: el cuidado personal masculino no es tendencia, es alfabetización estética. Esa alfabetización necesita formatos ágiles, comparativas honestas y un ecosistema donde probar sea más barato que errar.
La suscripción mensual no solo envía cinco productos; envía decisiones resueltas. La selección parte de un quiz de belleza que adapta texturas, tonos y funciones a tu perfil. El formato incluye un neceser nuevo cada mes y un valor de caja que supera por mucho el costo: una Glam Bag de cinco piezas con envío incluido y valor mínimo estimado de $1300+ MXN, por $349 MXN. La aritmética es clara: experimentación con control de costos, plus una comunidad que comparte resultados en tiempo real.
El ecosistema se completa con Add-Ons para sumar productos desde precios accesibles y con IPSY Shop, un e-commerce con descuentos frecuentes y entregas separadas. Es una economía de microdecisiones bien diseñadas: eliges tu base, ajustas tu extra, mejoras tu ritual.

La campaña se monta sobre símbolos del Viejo Oeste para hablar del presente: recompensa por el hallazgo, cartelón para el talento local, persecución del producto que sí cumple. No es casual que la narrativa viva en video corto, bloopers y guiños: pedagogía desde la ligereza, producción cuidada sin tomarse demasiado en serio. Que el Beauty Squad encarne arquetipos distintos también es una toma de postura sobre la belleza en México: plural, informada y con memoria estética.
Los números respaldan el apetito: millones de envíos, comunidad activa y posicionamiento digital que compite en la liga global de suscripciones de belleza. Análisis de tráfico y comparativas colocan a la marca en la conversación alta del segmento, reforzando su presencia en México y su liderazgo de volumen. Para el usuario, esto se traduce en catálogo sólido, reposición constante y marcas relevantes en la mezcla mensual.

Cómo funciona
- Crea tu perfil con el test de belleza. 2) Regístrate con tus datos de envío y pago. 3) Recibe tu Glam Bag mensual. 4) Optimiza con Add-Ons o compras puntuales en Shop. Si una rutina te exige más que esto, quizá no es rutina, es castigo.
La belleza masculina en 2025 se mide por consistencia, no por espuma. Este modelo te ayuda a probar sin comprar inventarios, a conocer texturas antes de comprometerte y a construir una cara que aguanta jornada, cámara y espejo. El resto es vanidad sin método. Aquí hay método.
