Diesel Spring/Summer 2026: el juego de la moda llevado a las calles de Milán

Hay momentos en la historia de la moda en los que una colección no solo se presenta, sino que se revela como un enigma.

No se trata únicamente de prendas, sino de un espectáculo donde lo real y lo ilusorio se enfrentan, y donde cada pieza parece diseñada para cuestionar lo que entendemos como lujo, rebeldía y estilo. La temporada primavera/verano 2026 encuentra en este terreno un nuevo campo de juego: uno donde las reglas no están escritas, pero todos son invitados a jugarlas.

Milán fue el escenario de un acontecimiento sin precedentes. En pleno corazón de la ciudad, 55 looks se dispersaron en cápsulas transparentes en forma de huevo, esperando ser descubiertos por cualquiera que tuviera el valor y la curiosidad de seguir la pista. Una cacería pública que borró las distancias entre pasarela y calle, donde los espectadores ya no fueron simples observadores, sino parte activa del relato.

La iniciativa, avalada por la Municipalidad de Milán, no fue un simple truco escénico: fue un gesto democrático que desmanteló la jerarquía elitista de la moda. Glenn Martens, director creativo de la casa, lo dejó claro: “La moda es un juego y lo estamos jugando. Todos tienen un asiento en la primera fila”. Diesel, con esta puesta en escena, reafirma su identidad disruptiva: desafiar lo establecido y poner el poder de la moda en manos de la gente.

El concepto central de esta colección es la ilusión. Trompe l’oeil, siluetas que engañan al ojo, capas internas más grandes que las externas, costuras abiertas que sugieren vulnerabilidad y fuerza al mismo tiempo. Vestidos sin mangas envueltos como si fueran improvisaciones sobre el cuerpo, chaquetas de sastrería atravesadas por correas de motociclista, prendas de punto con costuras que parecen desintegrarse. Todo juega con la percepción y reta a quien lo lleva a cuestionar dónde termina el cuerpo y dónde comienza la prenda.

El denim, núcleo eterno de la firma, vuelve transformado. Satinado, reciclado y teñido en tonos intensos, revela tratamientos láser que imitan el desgaste del tiempo. Faldas de cuero cortadas con bordes ásperos evocan pieles animales imaginarias, mientras que vestidos en chiffon artesanal flotan como nubes fragmentadas sobre los hombros. La colección no solo se ve, se experimenta como un acertijo visual que exige ser interpretado.

La narrativa se extiende a los accesorios: bolsos que parecen organismos vivos, zapatos que juegan con el equilibrio entre lo brutal y lo sofisticado, joyas inspiradas en esqueletos animales y relojes incrustados con cristales pavé que atrapan la luz como si fueran reliquias futuristas. Cada objeto complementa el discurso central de Martens: el lujo no está en lo evidente, sino en lo que logra provocar.

Fundada en 1978 por Renzo Rosso, Diesel siempre ha representado un espíritu rebelde frente al establishment del lujo. Bajo la dirección de Glenn Martens desde 2020, la firma no solo ha reforzado su dominio sobre el denim, sino que ha expandido su influencia en colaboraciones de estilo de vida que abarcan desde fragancias hasta proyectos de diseño interior. Esta colección SS26 confirma que la marca no tiene miedo a reinventarse, y lo hace sin perder su esencia: irreverente, provocadora y profundamente conectada con las calles.

Primavera/verano 2026 no es solo una colección de Diesel; es un recordatorio de que la moda puede ser un terreno de juego, un espacio abierto donde cualquiera puede ser protagonista.

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