Se inaugura la temporada de lo baggy: cómo el fit relajado se adueña de la moda navideña

Hay un momento, justo después de la segunda ronda de brindis, en el que el saco empieza a pesar más de lo que debería y el pantalón ajustado te recuerda cada bocado del buffet.

La música sube, alguien propone mover las mesas para improvisar una pista de baile y tú sientes que tu outfit está diseñado para la foto… pero no para aguantar la noche completa. Entre posadas de oficina, intercambios con amigos, cenas familiares y cierres de año, diciembre suele pedirte dos cosas al mismo tiempo: verte impecable y sobrevivir al caos. Y durante años la ecuación fue simple, casi automática: formal = entallado. Trajes rígidos, denim apretado, camisas que apenas permiten respirar. Estética sobre comodidad. Apariencia sobre movimiento.

Esta temporada, sin embargo, algo se rompe para bien en ese código. Se inaugura la temporada de lo baggy: siluetas amplias, proporciones relajadas y una idea distinta de verse “arreglado”. Más cercana a la vida real, más honesta con tu cuerpo, más compatible con el hecho de que diciembre no es un editorial de moda… pero puede verse como uno si eliges bien tus piezas.

Durante mucho tiempo, el pantalón ajustado fue sinónimo de modernidad. En fotos viejas aparecemos con mezclilla tan ceñida que parece dibujada con plumón; en reuniones formales, el traje slim fit se convirtió en uniforme obligatorio. La lógica parecía clara: si se ve apretado, se ve elegante. Hoy el péndulo se mueve hacia otro lugar. El fit baggy inspirado en el skate, el hip hop noventero y el revival Y2K dejó de ser un código exclusivamente urbano para convertirse en una herramienta real en la moda masculina contemporánea. Diciembre lo confirma: el ancho ya no es descuido, es intención (bien pensada).

Lo baggy funciona porque entiende algo que los códigos viejos ignoraban: el cuerpo cambia, los días se alargan, los trayectos se complican. Entre la junta de cierre, el tráfico rumbo a la posada y la after-party improvisada, tu ropa necesita acompañarte, no castigarte. Un fit amplio en piernas, caderas y hombros permite que exista aire entre tú y la tela. Dejas de pelear con tu outfit y te concentras en disfrutar el momento.

En ese contexto, la propuesta Holiday 2025 de Levi’s® se siente casi como una respuesta directa al estrés de temporada: piezas pensadas para bailar, sentarte en el piso con tus primos, manejar de un punto a otro y salir bien librado en cada foto. Piensa en el calendario decembrino: cena formal con el equipo, posada “casual” que termina siendo más seria de lo esperado, visita a la familia que exige respeto pero también cercanía, Año Nuevo con mezcla de generaciones, playlists y energías.

Lo baggy entra justo ahí, como un código adaptable. No compite con el protocolo, lo reinterpreta. Un pantalón amplio puede convivir con una camisa nítida; una silueta relajada en mezclilla puede dialogar con zapatos pulidos; un suéter de volumen generoso puede equilibrarse con una camiseta sobria debajo. La clave no es vestirte como caricatura de los noventa, sino entender el juego de proporciones. También hay algo liberador en que tanto hombres como mujeres usen fits amplios en el mismo espacio. La silueta baggy abre la puerta a looks más fluidos, menos obsesionados con marcar cada músculo o cada curva. Y eso, en un mes donde sobran comentarios sobre cuerpos y apariencias, se agradece.

Del lado masculino, el 578™ Baggy opera como punto de partida. Es ese jean de caída relajada que resuelve casi cualquier escenario decembrino si eliges bien lo que llevas encima. En un contexto más formal, se eleva con la Highland Park Jacket: líneas limpias, estructura suficiente para no perder presencia y la sensación de que, aunque llevas denim ancho, sigues cumpliendo con el dress code. Cuando baja la temperatura o la fiesta se traslada a una terraza, aparece el Briggs Short Puffer. Es la capa que suma volumen sin estorbar, que te protege del frío mientras deja claro que sabes lo que estás haciendo con tus proporciones. Pantalón amplio, puffer compacto, capas inferiores más ceñidas: una receta ganadora para casi cualquier reunión nocturna.

En el terreno de las capas más expresivas, la Smiley Western y el Presidio Raglan Sweater reescriben la idea de camisa y suéter de temporada. El primero introduce guiños gráficos y un aire juguetón; el segundo aporta esa textura y peso visual que pide el clima invernal. Juntos demuestran que lo baggy puede ser lúdico y serio al mismo tiempo, sin caer en disfraces ni outfits forzados.

Más allá del jean, diciembre se resuelve en las capas. Ahí es donde piezas como la Jackson Worker se vuelven cruciales para ellos: camisa tipo worker con suficiente estructura para verse profesional, pero con la comodidad necesaria para aguantar traslados, juntas, compras de último minuto y una que otra comida improvisada.

Al final, lo baggy se vuelve una especie de arquitectura portátil: construyes volumen donde te conviene, recortas donde quieres definición, ajustas capas según el contexto. No es descuido, es planificación inteligente.

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