La vida como deporte de alto contacto: Dsquared2 Pre-Fall 2026 y la armadura moderna

El vapor sale de tu boca en la primera exhalación de la mañana. Son las 6:00 AM y, aunque el sol apenas insinúa su presencia, tú ya estás mentalmente repasando la estrategia del día.

No importa si tu campo de batalla es una sala de juntas en Reforma, un estudio creativo en la Roma o un set de filmación en el norte de la ciudad; la sensación es la misma. Hay una tensión en el aire frío que te despierta, que te obliga a estar alerta. Ese momento exacto, antes de salir por la puerta, no es solo rutina: es el calentamiento previo al partido.

Esa fracción de segundo donde decides qué ponerte para enfrentar el frío y el caos urbano es donde Dsquared2 planta su bandera con la colección Men’s Pre-Fall 2026. Olvida por un momento la pasarela aséptica; aquí hablamos de la ropa como equipo táctico para una vida que, admitámoslo, a veces se siente como un deporte de contacto. En NEOMEN revisamos esta propuesta que, lejos de esconderse bajo capas sin forma, utiliza el invierno como pretexto para demostrar fuerza.

Hay una narrativa fascinante en esta colección que resuena con cualquiera que haya sentido la presión de rendir al máximo. La premisa de los hermanos Caten para esta temporada es directa: «la vida es un juego y todos somos jugadores». Pero no lo abordan desde la perspectiva obvia del atleta en la cancha, sino desde la periferia vibrante: el entrenador exigente, el fanático con estilo en las gradas, el equipo técnico que hace que las cosas sucedan.

La colección, acertadamente titulada «D2 Warm Up», toma la herencia canadiense de la marca donde el frío no es una molestia, sino un estilo de vida y la inyecta con una dosis de adrenalina urbana. Nos encontramos ante una interpretación elevada del sportswear que no sacrifica la sofisticación por la comodidad. Es una oda a la resiliencia. Cuando el termómetro baja, la moda se convierte en armadura. Y esta armadura en particular tiene mucho carácter.

Lo primero que notas no es el logo, sino el tacto visual. Estamos acostumbrados a ver el invierno resuelto con plumas genéricas, pero aquí hay una profundidad material que exige atención. Las siluetas se sienten relajadas pero poderosamente seguras, como ese abrigo que sabes que te queda bien sin tener que mirarte al espejo.

Imagina clásicos familiares como las chamarras barracuda y las bombers, pero reimaginados. Dsquared2 introduce algodones flocados y cepillados que, al tacto, engañan al cerebro pareciendo gamuza. También vemos el uso de nylon con monogramas en trompe-l’oeil, un juego visual que añade dimensión sin peso innecesario.

Pero donde realmente se siente la maestría es en el «patchwork» de tejidos tradicionales. Franela a cuadros y herringbone (espiga) se combinan no como un disfraz de leñador, sino como una estructura compleja que habla de tradición y modernidad simultáneamente. Es esa mezcla de nostalgia universitaria y funcionalidad técnica lo que hace que estas piezas sean relevantes para el hombre actual. No te estás disfrazando de estudiante de los 90; estás tomando la estética de esa época y llevándola al nivel de exigencia de 2026.

Si hay algo que define el guardarropa masculino contemporáneo es la mezclilla, pero llega un punto en el que parece que ya lo hemos visto todo. Sin embargo, en esta entrega, el denim recibe un tratamiento casi arquitectónico.

Aquí es donde la rebeldía característica de la marca brilla con inteligencia. Nos topamos con piezas que juegan con el concepto de «inside-out» (al revés). Parches de lona resistente aplicados sobre mezclilla invertida, con detalles meticulosos que exponen la bragueta de botones al reverso. Es un guiño técnico: muestra las entrañas de la prenda, la construcción, el esfuerzo detrás de lo que llevamos puesto.

Además, los elementos gráficos garabatos dibujados a mano capturan esa imaginación inquieta del entusiasta que cuenta los minutos para volver a la acción. Es un detalle que humaniza la ropa de lujo, recordándonos que, al final del día, la moda también debe ser divertida y un poco irreverente.

Los trajes en lana lavada tienen esa caída perfecta que sugiere movimiento. Y aquí viene el giro interesante: la lana, un tejido atemporal, se reconsidera en pantalones que reinterpretan las formas clásicas del denim desde el cinco bolsillos hasta los jeans de carpintero pero ejecutados en lana elegante. Es el híbrido perfecto para la Ciudad de México: lo suficientemente cálido para la mañana, lo suficientemente transpirable para el mediodía, y con el estilo suficiente para una cena en la noche.

Ningún «juego» se gana sin el calzado adecuado. La colección ancla estos looks con botas de senderismo (hiking boots) de declaración y sneakers clásicos. Esto es vital. En un entorno urbano donde las banquetas son irregulares y el clima es impredecible, el calzado híbrido no es una tendencia, es una necesidad.

Al final, lo que Dsquared2 propone con su Pre-Fall 2026 no es solo ropa para el frío. Es una mentalidad. Nos recuerda que la preparación lo es todo. Que hay una dignidad intrínseca en el esfuerzo, en «calentar» antes de salir a enfrentar el mundo.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Prev
Estrés de Liguilla: por qué la Black Card® es tu mejor recovery

Estrés de Liguilla: por qué la Black Card® es tu mejor recovery

El fin de semana fue brutal

Next
El invierno no se sobrevive, se conquista: estilo, técnica y la redefinición del frío urbano

El invierno no se sobrevive, se conquista: estilo, técnica y la redefinición del frío urbano

El termómetro baja en la ciudad y la primera reacción instintiva es la

You May Also Like
Total
0
Share