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La correlación entre el arte y moda es clara cuando una prenda expresa un aspecto del entorno y hace registro de carácter estético de este.
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La moda permite mostrar y percibir la cultura. El arte identifica y hace propia la cultura; y tanto esta, como el arte, inspiran y le dan nuevos referentes a la moda. Así que hay una relación estrecha entre las tres.
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En la historia ha habido momentos clave en los que se evidenciaron estas conexiones. En la época del movimiento del diseño, llamada Art Déco (1920-1939), la moda influyó en el arte. Europa tenía una economía próspera y de gran lujo en el vestir. París era la capital de las tendencias con casas como Lanvin, Poiret y Paquín, entre otras. Pintores como George Barbier, Etienne Drian o Armand Valle, elaboraron maravillosas ilustraciones de moda que fueron obras de arte.
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En 1937, entre las dos guerras mundiales, los diseñadores estaban fascinados por el surrealismo. El trabajo entre creadores de moda y artistas ha otorgado a los primeros otro rango, un nivel superior. Un ejemplo de estas colaboraciones fue el famoso Vestido Lobster, creado por la italiana Elsa Schiaparelli y el gran Salvador Dalí.
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Casi tres décadas después, en 1965, el diseñador francés Yves Saint Laurent se inspiró en la obra del pintor de vanguardia holandés Piet Mondrian y sus creaciones estaban de moda: “La moda no es un arte, sino dedicarse a uno mismo debes ser artista”.
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Estas conexiones las encontramos en las piezas del diseñador japonés Issey Miyake, que combina diseño y tecnología para la exploración conceptual de lo natural tanto en sus colecciones como en sus bocetos. Estos no se conocen como ropa o atuendos de prêt-à-porter, sino más bien como “arquitectura artística”. Miyake recibió el Premio Kyoto de Arte y Filosofía en 2006. En 2005 recibió el Praemium Imperiale de Escultura, un premio de arte que otorga la familia imperial japonesa desde 1989.
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También son habituales las alianzas entre grandes firmas de moda y artistas para colaboraren piezas como carteras y zapatos de piel. La casa de lujo Louis Vuitton ha trabajado con el artista indonesio Eko Nugroho, quien diseñó una bufanda para una de las últimas colecciones de la marca.
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Está claro que una prenda es bien diferente a una pintura que se cuelga en la pared, o a un libro que se guarda en la biblioteca. Una prenda cobra vida e identidad en el momento en que una persona la utiliza o la lleva. Todos podemos usar la moda. Nos ayuda a identificarnos como individuos únicos, nos empodera. A través de la moda podemos hacer del arte algo más tangible y democrático; algo alcanzable.
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