La relación entre el arte contemporáneo y la moda de lujo es cada vez más estrecha.
Así lo demuestran las iniciativas de François Pinault, director general de Kering, propietario de la casa de subastas Christie’s desde hace más de veinte años, así como dueño del Palazzo Grassi y de la Punta della Dogana en Venecia y de la más reciente Bourse de Commerce en París. Igualmente, lo demuestran también las ambiciones del fundador y presidente de LVMH, Bernard Arnault, mecenas, coleccionista y director de la Fundación Louis Vuitton, que tiene su sede en París, diseñada por Frank O’ Gehry.
Pero una nueva adquisición podría abrir escenarios inesperados, haciendo que el vínculo entre las galerías de arte y las altas esferas del lujo sea aún más estrecho, tenue y complejo, tras una fusión entre multinacionales que no solo cambia la dinámica del panorama del arte contemporáneo, sino que podría sentar un precedente importante en el mundo del coleccionismo.
Según una indiscreción lanzada en Italia el 24 de octubre por Dagospia y recogida por ArtTribune, el segundo hombre más rico del mundo después de Elon Musk, según Forbes, Bernard Arnault, está en negociaciones con Larry Gagosian, mecenas californiano de origen armenio, para la adquisición de la megagalería homónima, fundada en Los Ángeles en 1980 y que hoy cuenta con 19 sucursales y dos tiendas en todo el mundo.
Un rumor que comenzó a extenderse durante la Semana del Arte de París entre los stands de la nueva feria Paris+, y que fue inmediatamente desmentido por Artnews y WWD. Sin embargo, según Kenny Schachter, crítico de arte y comisario, la noticia no solo sería cierta, sino que las negociaciones ya habrían concluido.
«¡Noticias de última hora!. La Galería Gagosian ha sido vendida a LVMH de Bernard Arnault. La mercantilización del arte como un accesorio de moda coleccionable y un artículo de lujo es ya completa».
Schachter bajo el inconfundible retrato de Gagosian
Para Arnault, controlar el ramificado imperio de Gagosian significaría tener el control de 100 de los artistas más valorados del mundo, así como la posibilidad de lanzar a jóvenes artistas al más alto nivel, como ha hecho recientemente el marchante con Jadé Fadojutimi y Anne Weyant, agitando así considerablemente el mercado del arte.
De ser cierta la noticia, por primera vez una gran galería pasaría a formar parte de una empresa multinacional. Pero quedan muchas preguntas sin responder más allá de la veracidad de la propia noticia: ¿en qué se convertirá la red de galerías de Gagosian en manos de Arnault? ¿Cómo cambiará el negocio del arte? ¿Y cómo se integrará con las demás actividades del grupo?