En un mundo donde la imagen es poder y la competencia por la atención es más feroz que nunca, las grandes casas de moda luchan por destacar en un océano de estímulos visuales y mensajes constantes. Los desfiles espectaculares de Chanel en el imponente Grand Palais, las pasarelas cada vez más excéntricas de Jonathan Anderson en Loewe y las campañas innovadoras de Jacquemus son solo ejemplos de cómo las marcas de lujo buscan capturar miradas y corazones. La originalidad y la comunicación efectiva se han convertido en armas esenciales en esta carrera sin tregua por la relevancia.
Sin embargo, en medio de este frenesí por sobresalir, algunas marcas han optado por desafiar las normas establecidas, adoptando estrategias que van en contra de la corriente. En una era dominada por las redes sociales y la necesidad de estar “constantemente en línea”, surge la pregunta: ¿es posible destacar sin gritar más fuerte que los demás? ¿Puede una marca de lujo captar la atención del público sin saturar los canales digitales?
La respuesta parece ser afirmativa, y el ejemplo más notable es el de una casa italiana que ha redefinido las reglas del juego. En lugar de seguir la tendencia de sobreexposición mediática, ha decidido apostar por la discreción y la calidad como sus principales cartas. Esta estrategia audaz no solo ha generado intriga sino que también ha demostrado ser sorprendentemente efectiva, capturando la atención del público de manera sutil pero contundente.
La primera jugada maestra de esta marca ha sido la incorporación inteligente de celebridades en su narrativa, no solo como rostros de campañas, sino como auténticos embajadores de estilo. Una simple fotografía de A$AP Rocky luciendo una chamarra acolchada, pantalones holgados y gafas de sol puede inspirar a toda una generación a invertir en las prendas que este ícono del streetwear representa. De igual manera, una imagen casual de Jacob Elordi, llevando el emblemático bolso tejido en una mano y un matcha en la otra mientras pasea por las calles de Los Ángeles, logra que los entusiastas de la moda anhelen ese look desenfadado pero sofisticado.
La marca ha demostrado tener un ojo clínico para identificar a figuras que, sin necesidad de estar en un estudio fotográfico, promueven su esencia y estilo de vida. Además de A$AP Rocky y Jacob Elordi, ha elegido a personalidades como Kendall Jenner, RM de BTS y Shu Qi como embajadores de su savoir-faire. Estos rostros no solo ocupan lugares privilegiados en sus desfiles, sino que también protagonizan publicaciones de fans y medios en redes sociales, amplificando su alcance sin necesidad de una presencia digital directa.
El siguiente movimiento estratégico ha sido convertir sus desfiles en auténticas experiencias sensoriales que generan conversación y expectativa. ¿Quién podría olvidar los poufs con forma de animales que sirvieron como asientos durante el desfile de la colección SS25 en la Semana de la Moda?
Estas piezas, disponibles para la venta por la suma de 7,000 dólares, se convirtieron en objetos de deseo y discusión en internet. Pero la experiencia comienza mucho antes del evento. Las invitaciones se han transformado en auténticas obras de arte: desde pulseras de cuero verde bosque con colgantes grabados en oro y plata hasta correas de reloj sin esfera acompañadas de pequeños conejos de vidrio.
Estos detalles no solo sorprenden a los invitados, sino que también generan contenido orgánico en redes sociales, compartido por quienes las reciben.
El siguiente movimiento estratégico ha sido convertir sus desfiles en auténticas experiencias sensoriales que generan conversación y expectativa. ¿Quién podría olvidar los poufs con forma de animales que sirvieron como asientos durante el desfile de la colección SS25 en la Semana de la Moda? Estas piezas, disponibles para la venta por la suma de 7,000 dólares, se convirtieron en objetos de deseo y discusión en internet. Pero la experiencia comienza mucho antes del evento. Las invitaciones se han transformado en auténticas obras de arte: desde pulseras de cuero verde bosque con colgantes grabados en oro y plata hasta correas de reloj sin esfera acompañadas de pequeños conejos de vidrio. Estos detalles no solo sorprenden a los invitados, sino que también generan contenido orgánico en redes sociales, compartido por quienes las reciben.
Pero el ingrediente clave, el que realmente cimenta el éxito de esta estrategia, es la innegable calidad. Calidad en cada pieza, en cada campaña, en cada idea. La marca ha logrado fusionar moda, arte y cultura popular de una manera que resuena profundamente con las nuevas generaciones. Aunque aprovecha la influencia de celebridades, no depende exclusivamente de ellas. Sus campañas destacan por su meticulosa atención al detalle y su estética refinada. La más reciente campaña SS25 es un claro ejemplo: fotografías que hablan por sí mismas, que muestran prendas exquisitas sin necesidad de artificios, confiando en la artesanía y el diseño elegante que las caracteriza.
Colaboraciones con artistas como Gaetano Pesce han enriquecido aún más su propuesta, aportando una dimensión artística que trasciende la moda. Estas alianzas creativas demuestran una comprensión profunda de la cultura contemporánea y una habilidad para anticipar tendencias, posicionándose a la vanguardia sin perder su identidad.
Lo más fascinante es que, a pesar de su ausencia en las redes sociales, la marca ha logrado infiltrarse en nuestro día a día y, más importante aún, en nuestros dispositivos móviles. Es el público quien, a través de sus clics, comparte y difunde su mensaje. Ya sea mediante publicaciones de embajadores, fotografías de paparazzi, ediciones de moda en TikTok o invitados que, sin proponérselo, promueven la marca, su presencia se siente y se expande. Esta desconexión voluntaria de las plataformas digitales tradicionales es, en sí misma, una declaración poderosa sobre la confianza en su propuesta y en el valor de lo auténtico.
En un panorama donde la sobreexposición es la norma, esta casa italiana nos enseña que la verdadera distinción proviene de la seguridad silenciosa y de ofrecer algo que realmente vale la pena. Su estrategia no es simplemente una táctica de marketing, sino una filosofía que refleja una comprensión profunda de su público y de lo que significa ser relevante en la actualidad.