La luz es mucho más que una herramienta funcional; es un lenguaje, una expresión, un vehículo de emociones que moldea espacios y momentos.
Desde las primeras lámparas de aceite hasta los sofisticados sistemas LED, la iluminación ha evolucionado con el tiempo, adaptándose a las necesidades de cada era. Pero, en este océano de avances tecnológicos, ¿qué pasa con las piezas que trascienden su época para convertirse en íconos? Ahí es donde entra en juego Gino Sarfatti, el genio italiano cuya obra no solo iluminó espacios, sino que también desafió las normas del diseño convencional.
Sarfatti, nacido en Venecia en 1912, dejó un legado que revolucionó el diseño de luminarias. Con más de 600 piezas creadas, su enfoque experimental y su habilidad para reimaginar formas y materiales marcaron un antes y un después en la industria. Entre sus creaciones, la lámpara Model 600, diseñada en 1966, ocupa un lugar especial, no solo por su diseño innovador, sino por la historia que cuenta sobre el equilibrio entre funcionalidad y arte. Ahora, en 2024, ese legado resurge bajo una nueva luz gracias a la colaboración entre Bottega Veneta y Flos, dos nombres igualmente icónicos en sus respectivos universos.
La colaboración entre Bottega Veneta y Flos no es solo una reinterpretación de un clásico; es una declaración sobre cómo el diseño puede entrelazarse con la moda y la tecnología. Ambos nombres tienen raíces profundamente arraigadas en la innovación italiana. Bottega Veneta, fundada también en 1966, comparte una fascinante similitud con el Model 600: la búsqueda de una estética suave y maleable que desafía las estructuras rígidas de sus contemporáneos.
La lámpara original de Sarfatti ya era un adelanto a su tiempo. Con un cuerpo flexible hecho de plomo encapsulado en cuero liso, rompió con la rigidez convencional de las lámparas de mesa, permitiendo un ajuste adaptable y una presencia orgánica en cualquier espacio. Ahora, esta pieza se reinventa con el icónico tejido Intrecciato de Bottega Veneta, una firma artesanal que transforma cada producto en una obra de arte. Además, la nueva edición incluye Intreccio Foulard, un guiño a la modernidad y a la herencia artesanal que ambas casas representan.
Esta reinterpretación no solo moderniza el diseño original con tecnología LED de punta, sino que conserva el alma del modelo creado por Sarfatti. Disponible en versiones pequeñas y grandes, y en una paleta que incluye negro, gris, rojo, verde esmeralda y el icónico verde Bottega Veneta, la Model 600 redefine el concepto de versatilidad. Sus líneas suaves y sus acabados precisos la convierten en una pieza adecuada tanto para mesas como para el suelo, adaptándose con elegancia a cualquier espacio.
La luz emitida es precisa pero relajante, capaz de crear un ambiente íntimo o dirigir la atención hacia un punto específico, dependiendo del ángulo del reflector. Esto hace que la lámpara no solo sea un objeto funcional, sino también un elemento que transforma el ambiente y añade un toque de sofisticación inigualable.
Lo fascinante de esta colaboración no es solo el producto final, sino la narrativa que encapsula. Desde la fundación de Arteluce por Sarfatti en 1939, hasta su posterior integración en Flos en 1973, el viaje de la lámpara Model 600 es un reflejo de cómo la innovación puede cruzar generaciones. Al unir fuerzas con Bottega Veneta, Flos añade una nueva capa de significado, demostrando que el diseño atemporal no solo perdura, sino que evoluciona.
Ambas marcas comparten un compromiso con la sostenibilidad y la excelencia artesanal, recordándonos que el lujo no solo reside en los materiales o la exclusividad, sino en la historia y la intención detrás de cada pieza. En un mundo saturado de productos desechables, colaboraciones como esta subrayan el valor de crear algo que realmente resista el paso del tiempo.
La nueva edición de la lámpara Model 600 no es solo una reinterpretación; es una oda al diseño que trasciende lo estético y se convierte en un puente entre el pasado y el presente.