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Métiers D’Art Tribute to the Celestial: el encanto masculino de lo cósmico

Desde el inicio de los tiempos, el cielo nocturno ha sido un espejo donde la humanidad ha buscado respuestas, símbolos, profecías y belleza.

No se trata solo de constelaciones que orientan, sino de historias codificadas en luces distantes que, como tatuajes celestiales, narran algo de nosotros. En un mundo donde la inmediatez domina, volver la mirada al firmamento es un acto de contemplación, una pausa deliberada para reconectar con lo que nos trasciende. Para el hombre contemporáneo curioso, informado, con un pie en la tecnología y otro en la tradición, las estrellas siguen marcando ruta. Y hay relojes que lo entienden a la perfección.

Imagina llevar en la muñeca no solo el tiempo, sino una parte del cielo. Esa es la propuesta de una serie de piezas que no buscan llamar la atención con estridencia, sino con profundidad. Cada uno de los doce modelos de la colección Métiers d’Art Tribute to The Celestial es una pequeña obra de arte que une la precisión de la alta relojería con la sensibilidad artística de oficios casi extintos. El guilloché figurativo, una técnica que exige más de 16 horas de trabajo artesanal por cada dial, transforma el metal en una superficie viviente, capaz de representar a cada signo zodiacal y su constelación con una fidelidad poética. Las estrellas, encarnadas en diamantes de corte brillante, no están ahí por ornamento: son puntos de anclaje emocional, vínculos entre el cosmos y quien los porta.

Hablar de esta colección es hablar, inevitablemente, de una manufactura que ha hecho del tiempo un culto: Vacheron Constantin. Fundada hace más de 270 años, la casa suiza ha sabido unir dos universos que raramente se tocan con coherencia: la mecánica de alta complejidad y la expresión artística más refinada. El calibre 2160, un movimiento automático ultradelgado con tourbillon y 80 horas de reserva, es la base sobre la que reposa todo este ejercicio estético. Su grosor de apenas 5.65 mm es un logro técnico que permite que las cajas de 39 mm en oro blanco de 18 quilates con zafiros talla baguette se sientan tan cómodas como atemporales. Esta no es una colección para quien busca ostentar, sino para quien quiere contar algo de sí mismo sin hablar demasiado.

Cada etapa del proceso es un testimonio de compromiso absoluto con la excelencia. Desde la base del dial en oro 5N hasta la aplicación de un barniz protector que asegura la longevidad del diseño, pasando por la delicada tarea de incrustar 96 zafiros en bisel, asas, corona y hebilla: cada gesto suma. Incluso los signos que representan figuras humanas Géminis, Virgo, Sagitario y Acuario incluyen detalles en opalina, un guiño al carácter y la espiritualidad que estas figuras han simbolizado desde la antigüedad. Esta es una de esas pocas ocasiones donde el producto no solo habla de lujo, sino también de historia, técnica y propósito. Y sí, lleva el sello del Poinçon de Genève, garantía de excelencia relojera en su más alta expresión.

Las civilizaciones antiguas no distinguían entre astrología y astronomía: mirar las estrellas era también mirar hacia dentro. En este contexto, los 12 signos del zodiaco no son solo símbolos del horóscopo moderno, sino ecos de un legado compartido que atraviesa culturas. La elección de Vacheron Constantin de representar a cada signo no como cliché comercial, sino como figura simbólica en un paisaje estelar, revaloriza esa conexión ancestral. No es casualidad que esta colección se inspire en piezas únicas como la Minute Repeater Tourbillon Sky Chart Leo Constellation Jewellery del taller Les Cabinotiers: allí ya se vislumbraba la intención de rendir tributo no solo al tiempo, sino a lo que lo rodea y lo define.

Ser hombre hoy es también tener permiso de contemplar, de conectar con lo intangible, de elegir lo simbólico por encima de lo funcional. La colección Métiers d’Art Tribute to The Celestial no busca dictar estilo, sino habilitar identidad.

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