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Solo se necesita uno: el legado original del ícono que creó multitudes

Hay objetos que nacen con un propósito funcional, pero terminan reescribiendo el ADN de una cultura. Piezas que, con el tiempo, dejan de ser cosas y se convierten en símbolos.

Algunos lo llaman estilo. Otros, actitud. Pero hay algo más profundo cuando un objeto logra sobrevivir a las modas, las crisis, los ciclos. Algo casi mitológico. Como si llevarlo fuera un acto de identidad que no necesita explicación. Porque lo original no busca encajar. Lo original deja huella.

Concebido para las duelas del baloncesto y adoptado en las calles por los inconformes, el Superstar no tardó en romper la lógica de lo deportivo para convertirse en una herramienta de expresión cultural. No es solo un par de sneakers. Es el grito silencioso de quienes nunca pidieron permiso para liderar. Desde los breakers del Bronx hasta los íconos del skate y la música global, la silueta con puntera de concha dejó de seguir reglas para escribir las propias. Y justo ahí reside su poder: ser una plataforma que no habla de moda, sino de autenticidad. De esa rebeldía que no necesita estridencia, pero que se siente en cada paso.

En un presente donde las copias se multiplican, adidas Originals lanza “Superstar: The Original”, una campaña global que es todo menos retrospectiva. Narrada por la voz inconfundible de Samuel L. Jackson, la iniciativa no se detiene a mirar el pasado, sino a iluminar a quienes hoy están construyendo el futuro desde la trinchera del arte, el deporte, la música y el estilo. El lente audaz del director y fotógrafo Thibaut Grevet conocido por su capacidad de congelar la energía cruda de una generación da vida a una secuencia visual en blanco y negro que más que estética, se siente como una declaración visual de resistencia. De permanencia. Como si cada imagen dijera: “Aquí estamos, seguimos siendo originales”.

¿Quiénes son esos “Originales”? La respuesta es tan diversa como poderosa. Desde la inigualable Missy Elliott, dueña de una discografía que desafió los cánones de género y sonido, hasta la estrella global Jennie, cuya presencia redefine el pop con mirada afilada. Les acompañan la irreverencia de Mark Gonzales, pionero del skate; la potencia de Anthony Edwards en la duela; la crudeza de GloRilla, el desenfado de Teezo Touchdown y la intensidad gótica de Gabbriette. Cada uno de ellos representa una forma de autenticidad que no se disfraza. No son rostros de campaña: son manifestaciones vivas de una mentalidad. La que no teme romper con lo establecido para trazar su propia ruta.

Dividida en dos capítulos «Pyramids» y «Clocks», la campaña establece un paralelismo poético entre las pirámides y el Superstar. Monumentos que el tiempo no ha podido erosionar. Porque lo verdaderamente original no se diluye, se queda. Y ese es, quizás, el mayor poder de este ícono: haber trascendido generaciones sin volverse accesorio de la nostalgia. Junto al clásico chándal Firebird, la silueta regresa con un diseño fiel a su esencia, pero con mejoras funcionales que no comprometen su ADN. La lengüeta y el cuello acolchados no gritan innovación: la susurran, porque saben que lo esencial ya está ahí.

Lo fascinante del Superstar no es solo su diseño, sino lo que evoca. En un mundo saturado de “trends” y “estéticas”, su permanencia funciona como un recordatorio de que el verdadero estilo no se compra, se construye. Paso a paso. Sudor a sudor. Verso a verso. Es una resistencia silenciosa a la homogenización cultural. adidas Originals entiende eso y lo honra, no como quien desempolva un archivo, sino como quien aviva una llama. Y lo hace apostando por voces que no repiten fórmulas, sino que las rehacen.

En un universo que premia lo viral, sigue siendo revolucionario defender lo original. Porque lo original no se impone, se siente. No busca ser tendencia, sino raíz. Y mientras haya quienes no teman caminar fuera del molde, habrá espacio para piezas como el Superstar. Íconos que no necesitan decir mucho, porque con solo existir, ya lo han dicho todo.

La historia sigue. Pero no todos están hechos para contarla.

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