En el universo de las historias que desafían el tiempo, pocos personajes logran instalarse en la memoria colectiva como Fray Rodrigo, el inquisidor que Rubén Sanz encarna en la nueva adaptación de “El Extraño Retorno de Diana Salazar”. Estrenada el 1 de junio y con episodios nuevos cada domingo, la serie no solo revive un clásico de la televisión mexicana, sino que lo actualiza con una mirada fresca y relevante para el público actual.
Rubén Sanz afronta el reto de dar vida a un personaje marcado por la rigidez de sus creencias en el Zacatecas del siglo XVII, pero logra que Fray Rodrigo trascienda su época. La convicción absoluta del fraile, su incapacidad para cuestionar sus propios dogmas y la manera en que enfrenta lo inexplicable, encuentran ecos inquietantes en la sociedad actual. Sanz reconoce que “hay muchas analogías con lo que ocurre hoy en el mundo”, y su interpretación invita a reflexionar sobre cómo la fe ciega y las certezas inamovibles siguen moldeando liderazgos y conflictos contemporáneos.

La serie explora el poder de las narrativas y la reencarnación, y nos lleva a preguntarnos cómo sería Fray Rodrigo en el siglo XXI. Sanz imagina que hoy podría ser un líder de opinión ultraconservador, alguien que predica sus verdades con la misma determinación, pero usando plataformas digitales en lugar de púlpitos. Esta conexión entre pasado y presente es uno de los grandes aciertos de la producción.
La trayectoria de Rubén Sanz también es una historia de transformación. Tras una carrera en la banca, decidió seguir su verdadera vocación y lanzarse de lleno a la actuación. Esa audacia y pasión se reflejan en su trabajo, y en la manera en que aborda cada personaje: buscando matices, humanidad y una lógica interna que haga creíble incluso al antagonista más férreo.

El rodaje de “El Extraño Retorno de Diana Salazar” ha sido, en palabras de Sanz, un proceso enriquecedor gracias al trabajo del equipo y al guion sólido que sostiene la serie. La producción logra equilibrar la estética de época con una narrativa ágil y cercana, permitiendo que tanto los seguidores del clásico como las nuevas generaciones se enganchen con la historia.
Con Angelique Boyer y Sebastián Rulli liderando el elenco, la serie demuestra que las grandes historias no solo resisten el paso del tiempo, sino que pueden cobrar nueva vida cuando se interpretan con autenticidad y sensibilidad. Para Sanz, el secreto está en la fuerza del contenido y en el compromiso del reparto: “Cuando hay una historia te engancha […] y creo que eso lo hace muy accesible a todo el mundo”.
