Hay momentos que no esperan: una mirada entre amigos, el vapor perfecto de un espresso, el rojo líquido de un atardecer que parece inventado. Registrar esos instantes no depende de suerte: depende de control. La fotografía móvil dejó de ser “apunta y dispara” para convertirse en un pequeño laboratorio de luz en el bolsillo. Aquí desmenuzamos, sin humo ni fórmulas místicas, cómo dominar lo esencial exposición, profundidad de campo y composición con técnicas claras y un toque de intención estética. El resultado: imágenes con carácter, nitidez y ese refinamiento silencioso que separa una foto más del carrete… de una imagen que se queda.

1) Controla la luz como un director de escena
La luz no se “encuentra”, se decide. Antes de disparar, fija el enfoque con un toque en pantalla y ajusta la exposición con el control deslizante (el ícono de “sol”). Sube apenas si tu sujeto queda subexpuesto; baja si las altas luces estallan. La meta es simple: detalles en sombras y luces sin perder contraste. Este microajuste transforma instantáneamente la textura de piel, telas y superficies metálicas. En dispositivos con Funtouch OS, ese control de exposición aparece al tocar el encuadre; desliza hacia arriba/abajo para afinar la luminosidad.
Un segundo básico que muchos olvidan: limpia el lente antes de disparar. Un paño de microfibra elimina grasa y velos que arruinan microcontrastes y generan flares no deseados. Es el atajo más subestimado hacia fotos nítidas, y los profesionales lo tratan como ritual.
Si trabajas con escenas de alto contraste (rostro a contraluz, cielo intenso), ajusta primero la exposición pensando en la piel. Luego compensa con edición ligera en sombras. Ese orden evita pieles cera o cielos lavados y te devuelve una apariencia más “editorial” y menos “filtro”.

2) Profundidad y bokeh con estilo (Daniel Blanco)
Modo Retrato no es solo “fondo borroso”. Es una herramienta narrativa. Acércate al sujeto, busca separación del fondo y trabaja la distancia como variable estética: cuanto más lejos esté el fondo, más agradable será el desenfoque. En muchos smartphones puedes ajustar el grado de blur después de la toma para decidir qué tan suave quieres el fondo; úsalo con intención, no por costumbre. Para entender la base: el desenfoque en móviles es, mayormente, computacional; la cámara crea un mapa de profundidad y simula el comportamiento óptico del bokeh para emular lentes luminosos. Conocer esto te permite anticipar límites y fortalezas (cabellos finos, bordes complejos, luces puntuales en el fondo).
En equipos con colaboración ZEISS en retrato encontrarás estilos de bokeh inspirados en ópticas históricas, por ejemplo, Biotar (remolinos sutiles), Distagon (luces hexagonales) o B-Speed (flamas en triángulo) que añaden carácter sin caer en lo kitsch. Selecciona el estilo según la escena: Biotar para fondos orgánicos con follaje; Distagon cuando haya puntos de luz nocturnos; B-Speed para acentos más dramáticos.

3) Composición que guía la mirada (Alexandro del Rio)
La regla de los tercios es el traje sastre de la composición: discreta, funcional, elegante. Activa la cuadrícula 3×3 en ajustes y ubica ojos, líneas de horizonte o elementos dominantes sobre intersecciones. Este simple gesto ordena el caos y crea tensión visual agradable. Luego rompe la regla si la escena te pide simetría, minimalismo o verticalidad agresiva; la clave es saber por qué la usas o la rompes.
Construye capas: primer plano con textura (barandal, prenda, vaso), sujeto en foco y fondo limpio con color complementario. La imagen gana profundidad real, no solo blur simulado. Añade diagonales (sombras, carreteras, marcos arquitectónicos) para dirigir la vista hacia el protagonista. Si dudas, aleja un paso, busca aire y compón por negativos: el vacío también es diseño.

Usa el control de exposición para proteger pieles y cielos, el modo Retrato con estilos de bokeh para sumar carácter (sin exagerar) y la cuadrícula para diseñar el encuadre. Con esa triada resuelves 80% de situaciones reales. Si trabajas con un V-series reciente, revisa las opciones de Retrato con estilos inspirados en ópticas ZEISS y herramientas de edición posterior para refinar el desenfoque y el foco en un par de toques.
