En la montaña no hay pose: el aire corta, el terreno manda y el cuerpo responde. Ahí, entre silencio y vértigo entendemos que el estilo no compite con el rendimiento, lo acompaña.
El invierno 26 trae un nuevo capítulo para la moda masculina que vive al exterior: prendas técnicas que suben el listón sin perder carácter. Y sí, la conversación ya no es solo “qué me pongo”, sino “hasta dónde llego con lo que llevo”.
Gucci Altitude nace mirando a las cimas. La colección explora ese espacio donde la mente busca foco y el cuerpo encuentra ritmo: performance real con códigos de lujo reconocibles. El resultado es un guardarropa para nieve y altura que se mueve con el entorno, no contra él, pensado para el ascenso constante más que para el espectáculo. Así, la ropa alpina se reinterpreta con siluetas refinadas y construcción inteligente: capas que respiran, protegen y articulan el movimiento con precisión. La Casa entra al terreno técnico con la calma del que sabe a dónde va.
La campaña sigue a Jannik Sinner, embajador global, ex campeón juvenil de esquí y hoy figura del tenis entre horizontes nevados. Su historia encaja: disciplina, enfoque y una relación genuina con la montaña. Ese cruce de mentalidad y rendimiento define la propuesta; en imágenes que capturan quietud y avance, Sinner personifica la idea de elevarse sin perder control.

La colección se construye con tecnología de vanguardia: tres capas transpirables, acabados hidrorrepelentes, cierres y bolsillos para pase de esquí, interiores táctiles y refuerzos donde la fricción manda. Cada pieza resuelve necesidades concretas (calor, movilidad, resistencia al viento y a la humedad) sin cargar el look. El enfoque es claro: función primero, estética igual de alta. Para el lector técnico: piensa en membranas que equilibran columna de agua y permeabilidad al vapor, combinadas con patronaje que prioriza la articulación de hombro y rodilla.
El capítulo de equipos eleva la propuesta de “total look” a “total performance”. En alianza con HEAD, la línea presenta esquís, bastones, tablas, cascos y bolsas con la icónica franja Web. Más que un guiño gráfico, la colaboración aterriza en especificaciones: woodcore para tacto vivo en pista, cotas enfocadas en giro preciso y sistemas de ajuste 360° para cascos que integran goggles sin comprometer comodidad. Técnica de alto nivel, estética reconocible.


La identidad visual aparece en colores sobrios, acentos estratégicos y una proporción que conversa con la sastrería moderna. Aquí, la Casa no “decora” la técnica: la destila. La gráfica es medida, las texturas hacen el trabajo y los materiales marcan la pauta. El hombre que viste Altitude no lleva uniforme de pista; lleva un sistema modular que entiende capas, climas y ritmos del primer remonte a la última bajada.
El debut ocurre en la antesala de Milán–Cortina 2026, cuando la conversación entre lujo y alto rendimiento se intensifica y el armario invernal se vuelve inteligente. Con Demna al frente de la dirección creativa y una agenda más enfocada en precisión que en ruido, se siente una lectura de la montaña que privilegia control, intención y compostura. En el frente corporativo, Francesca Bellettini asume la dirección ejecutiva de la firma, afinando el timón en un momento clave para el negocio.




Cómo llevarla (y por qué importa)
- Capas con propósito: base térmica que evacúa humedad, mid-layer ligero y shell 3L.
 - Proporción controlada: volumen donde se necesita movilidad; ajuste limpio en puños, dobladillos y capuchas.
 - Accesorios técnicos: guantes con grip, goggles bien ventilados, casco con ajuste milimétrico.
 - Terreno real: prendas listas para pista, backcountry moderado y vida urbana invernal —el trayecto de la cabaña al restaurante también cuenta.
 
Gucci Altitude no compite con el paisaje: lo respeta. Y cuando el invierno pide carácter, responde con diseño que aguanta la mirada de cerca y el clima de frente.

