Para el histórico fabricante de trajes de Ford, el negocio se hizo aún más grande. ¿Se vislumbra un próximo éxito para Zegna?
La moda es como una corte real europea, donde todo el mundo está relacionado con todo el mundo y las relaciones íntimas entre marcas, creativos, ejecutivos y fabricantes son siempre más estrechas y menos aparentes de lo que uno podría imaginar desde fuera. Es a través de estas relaciones como, en 2023, la adquisición de Tom Ford por Estèe Lauder podría acabar beneficiando al Grupo Zegna.
De hecho, cuando el imperio Ford fue comprado el año pasado por 2,800 millones de dólares, el Grupo Zegna, que posee el 15% de las acciones de Ford, pasará de producir la ropa masculina de Tom Ford a producir y distribuir prácticamente todos los artículos o categorías en los que se puede encontrar el nombre de Ford, menos las gafas, que seguirán siendo producidas por Marcolin, y los perfumes y la belleza, que seguirán en manos de Esteè Lauder. En resumen, Zegna ha adquirido todas las operaciones de moda de Tom Ford, lo que supone la mayor ganancia para un grupo que, en el año crucial de su salida a bolsa, ha sido capaz de expandirse a una velocidad asombrosa.
Esta transacción es, de hecho, la primera que tiene lugar tras la OPV, pero incluso antes de este importante paso, el Grupo Zegna había estado creciendo mediante importantes adquisiciones estratégicas. Ya en 2018, fue Thom Browne en la que el grupo había adquirido una participación mayoritaria.
Por otra parte, el año pasado, el Grupo Zegna y el Grupo Prada adquirieron conjuntamente participaciones mayoritarias en la empresa de cachemira Filati Biagioli Modesto, y a continuación ampliaron aún más su cadena de suministro textil, adquiriendo participaciones mayoritarias en Tessitura Ubertino, uno de los principales productores del país de tejidos de lujo para ropa de mujer; Pelle Tessuta, especializada en cuero; y Cappellificio Cervo, una empresa histórica de Biella.
La idea parece ser reunir bajo el mismo techo la fabricación y el encargo, es decir, las marcas, siguiendo un modelo de negocio que es básicamente el mismo que el de Zegna como marca en sí misma, que empezó como una prestigiosa fábrica de lana y únicamente se amplió a la producción de colecciones de ropa con la segunda generación de la familia fundadora en los años sesenta.
