El veterano de Valentino deberá ofrecer una nueva visión de la marca, ¿estamos preparados para un nuevo inicio?
Ahora que Gucci tiene un nuevo director creativo, el napolitano Sabato De Sarno, se abre oficialmente la veda de la especulación. Está claro que la decisión de nombrar a un nuevo director creativo no se toma en absoluto a la ligera, sobre todo después de un mandato tan emblemático como el de Alessandro Michele.
Sin embargo, el camino emprendido por la marca parece declarar que ha llegado el momento de dar un giro creativo decisivo. A falta de datos o declaraciones precisas, después de todo la primera colección de De Sarno se presentará en septiembre, solo podemos proceder con teorías a partir de lo que sabemos. En primer lugar, De Sarno es un nombre nuevo para el público, pero bastante conocido para los iniciados: el diseñador es, de hecho, un veterano de Valentino, marca para la que ha ocupado puestos de creciente relevancia durante los últimos 13 años (prácticamente una eternidad en el mundo de la moda), que culminaron con su nombramiento como Director de Moda de las colecciones de prêt-à-porter masculino y femenino de la marca hace unos dos años y siete meses.
Esta enorme experiencia específica del mundo de Valentino no debe haber pasado en absoluto desapercibida para la alta dirección de Gucci: bajo Pierpaolo Piccioli, al fin y al cabo, se ha llevado a cabo ese proceso definido por la propia marca de resignificación que, aquí, podríamos definir como el “método soft-storytelling” cuya fórmula secreta, por así decirlo, podría representar la droga que Gucci necesita para reinventarse y volver a crecer en los mercados a los ritmos exponenciales de hace cuatro o cinco años.
Pero, ¿cómo podríamos definir la “narrativa suave” de Valentino? En términos muy concisos, es la forma en que la marca ha reenmarcado algunas de sus señas de identidad y lenguaje de diseño (el romanticismo, la languidez sin género de la alta costura, los colores y las siluetas) de una forma extremadamente reconocible a nivel visual, creando un storytelling unitario capaz de dar sentido y cohesión al conjunto, pero sin pisar el acelerador en el discursivo, sin que el propio storytelling acabe engullendo el producto final.
No es ningún misterio que las altas esferas de Kering ya han establecido que el curso presente y futuro de la marca tendrá lugar bajo la bandera del lujo atemporal, un estilo creativo que con su teatralidad, su inclinación por lo pop y lo camp y su radicalidad en cierto modo ha hecho y deshecho el éxito de Alessandro Michele. En el futuro, lo que el público deseará en última instancia es la llamada pieza de inversión, es decir, un artículo capaz de mantener su validez tanto a nivel material de longevidad y durabilidad, como por su versatilidad que le permita atravesar temporadas y tendencias de moda sin quedarse obsoleto en seis meses, y por su capacidad de ser llevado realmente por quienes lo compran a precios que no son precisamente bajos.