La imagen pública es el mayor activo de una celebridad, pero también es el más vulnerable. Un solo error puede arruinarla en cuestión de segundos. ¿Qué hacer cuando se desata un escándalo que amenaza con destruir la reputación y la carrera? ¿Cómo salir de la tormenta de mierda en la que se ha caído? La respuesta es: contratar a un consultor de crisis.
Los consultores de crisis son profesionales que se dedican a diseñar y ejecutar estrategias para minimizar el impacto negativo de un problema mediático. Su trabajo consiste en asesorar, orientar y acompañar a las personalidades públicas que se enfrentan a una situación de crisis, ya sea por una opinión controvertida, un error de comunicación, un comportamiento inapropiado o cualquier otro motivo que pueda generar rechazo o indignación en el público.
Los consultores de crisis tienen que actuar rápido y con inteligencia, analizando el contexto, el alcance y las posibles consecuencias de la crisis, y elaborando un plan de acción que incluya medidas preventivas, correctivas y de recuperación. Su objetivo es restaurar la confianza y la credibilidad de su cliente, tanto ante su audiencia como ante las marcas con las que colabora.
Un caso reciente de una crisis de imagen que ha requerido la intervención de un consultor de crisis es el de Chiara Ferragni, la influencer italiana que se ha visto envuelta en una polémica por su apoyo al candidato de izquierda en las elecciones regionales de Lazio. Su mensaje en Instagram, en el que pedía el voto para Nicola Zingaretti, ha provocado una ola de críticas y ataques, especialmente de los seguidores del partido de derecha Fratelli d’Italia, cuya líder, Giorgia Meloni, ha llegado a acusarla de ser una “traidora a la patria”.
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La reacción de Ferragni fue publicar un vídeo en el que se disculpaba por haber ofendido a alguien con su opinión política, pero sin retractarse de ella. Sin embargo, este gesto no fue suficiente para calmar los ánimos, y la influencer decidió tomarse un descanso de las redes sociales, siguiendo el consejo de su consultor de crisis. Durante este tiempo, Ferragni ha trabajado en reconstruir su reputación, mostrando su lado más humano y solidario, y evitando pronunciarse sobre temas polémicos.
La estrategia de Ferragni ha seguido los pasos que los consultores de crisis recomiendan a las celebridades que se ven envueltas en una crisis de imagen:
- Reconocer el problema y asumir la responsabilidad. No negar ni minimizar la situación, sino admitir el error y pedir disculpas de forma sincera y humilde.
- Mostrar empatía y comprensión. No atacar ni confrontar con los críticos, sino escuchar sus puntos de vista y tratar de entender sus sentimientos y motivaciones.
- Ofrecer soluciones y compromisos. No quedarse en las palabras, sino pasar a la acción y demostrar con hechos que se ha aprendido de la experiencia y que se está dispuesto a mejorar y a reparar el daño causado.
- Recuperar la confianza y la credibilidad. No desaparecer ni aislarse, sino volver a comunicarse con el público y con las marcas, ofreciendo contenido de calidad y valor, y reforzando los aspectos positivos de la imagen pública.
Pero la crisis de imagen de Ferragni no se limita a su postura política. Pocos días antes de su polémico mensaje, la influencer había sido multada por la Autoridad Antimonopolio por publicidad engañosa, en el marco de la ya conocida campaña de la línea Balocco pandoro, en la que había dado la impresión de que los ingresos se destinarían a la caridad (lo cual no es cierto).
Este hecho ha empeorado aún más su situación, y ha puesto en duda su honestidad y su credibilidad. Ferragni se disculpó también por este caso, y anunció que donaría un millón de euros al hospital Regina Margherita, combinando la disculpa con acciones concretas con un fuerte impacto mediático. Además, optó por un estilo más sobrio y discreto en el vídeo en el que admitía el error, tratando de transmitir un perfil más bajo y humilde.
Ferragni también ha mantenido un silencio prudente en las redes sociales, reconociendo la gravedad de la situación y demostrando a las marcas con las que colabora que está orientada a levantar su nombre. Sin embargo, su crisis de imagen no está resuelta del todo, ya que la fiscalía de Milán la está investigando ahora por fraude por el caso Balocco, lo que complica aún más su estrategia de recuperación.
Los consultores de crisis son figuras quizás poco conocidas pero muy demandadas en la cima del mundo del espectáculo. Su trabajo es esencial para ayudar a las celebridades a superar las crisis de imagen y a mantener su estatus y su influencia. Sin embargo, no son magos ni milagrosos. Su éxito depende en gran medida de la colaboración y la disposición de sus clientes, que tienen que seguir sus indicaciones y aceptar sus consejos.