El amor, un concepto tan antiguo como la humanidad misma, ha sido objeto de inspiración para artistas, poetas y filósofos a lo largo de la historia.
Desde los mitos griegos hasta las novelas contemporáneas, la búsqueda del amor y la conexión humana se presenta como una fuerza fundamental que impulsa nuestras acciones y define nuestras vidas. Pero, ¿qué sucede cuando esta fuerza primordial se encuentra con la precisión implacable del tiempo y la meticulosa ingeniería de un reloj? La respuesta, quizá, reside en la sutil danza entre la emoción y la mecánica, entre lo efímero y lo perdurable.
En un mundo donde la inmediatez reina y las conexiones se forjan y se desvanecen con la velocidad de un clic, la perdurabilidad se convierte en un lujo. Un objeto que trasciende las modas pasajeras y se convierte en un testigo silencioso del paso del tiempo adquiere un valor incalculable. Un reloj, en ese sentido, no es solo un instrumento para medir las horas, sino un recordatorio tangible de los momentos que importan, de las historias que se escriben con cada tic-tac de las manecillas.
La rosa, símbolo universal del amor y la pasión, ha sido elegida por Rado para su campaña de San Valentín 2025. Una elección que no es casual, ya que la rosa, al igual que un reloj finamente elaborado, encarna la belleza efímera y la complejidad inherente a la naturaleza. El lento proceso de florecimiento, la delicada textura de sus pétalos, la fragilidad de su existencia, todo ello evoca la preciosidad del tiempo y la importancia de apreciarlo en cada instante. La campaña presenta dos versiones del True Round Open Heart de Rado, una en negro clásico y otra en blanco elegante, yuxtaponiendo la dualidad inherente al amor: la pasión y la serenidad, la oscuridad y la luz.
La elección de la cerámica de alta tecnología para la caja y el brazalete no es solo una cuestión estética, sino una declaración de principios. La resistencia y la durabilidad de este material reflejan la búsqueda de una conexión que perdure en el tiempo, un amor que resista los embates de la vida cotidiana.
El corazón abierto del reloj, que deja al descubierto la intrincada maquinaria de su interior, simboliza la vulnerabilidad necesaria para amar y ser amado.
La espiral Nivachron™, resistente a los campos magnéticos, garantiza la precisión del movimiento, una metáfora de la constancia y la fidelidad en una relación. Las 80 horas de reserva de marcha, por su parte, permiten que el reloj siga funcionando incluso cuando no se lleva puesto, como un amor que persiste incluso en la distancia.
Más allá de la estética y la funcionalidad, un reloj de lujo como el True Round Open Heart de Rado es una inversión en uno mismo, una expresión de estilo y personalidad. Es un objeto que cuenta una historia, la historia de un hombre que valora la calidad, la precisión y la belleza atemporal. Un hombre que entiende que el tiempo es un recurso precioso y que elige invertirlo en aquello que realmente importa.
En un mundo saturado de lo efímero, la búsqueda de la autenticidad y la perdurabilidad se convierte en una forma de rebeldía. Elegir un reloj que trascienda las modas y se convierta en un compañero de vida es una declaración de independencia, una afirmación de la propia individualidad.
