El telón de la moda es un ente vivo, un escenario donde las narrativas se tejen y destejan con la misma velocidad con la que cambian las temporadas.
En este constante flujo, ciertos momentos resuenan con una cadencia particular, marcando no solo el final de un capítulo, sino la consolidación de una visión que ha redefinido contornos y percepciones. Asistimos a uno de esos instantes cruciales, una suerte de introspección creativa que invita a descifrar el impacto de una década de disrupción y reconfiguración en el vestir masculino. Es un ejercicio de memoria y, a la vez, una declaración audaz sobre el futuro, un mapa trazado con la precisión de quien ha estudiado cada pliegue de la identidad contemporánea.
En el corazón de esta reflexión se encuentra la colección BALENCIAGA BY DEMNA “EXACTITUDES” SPRING 26, una entrega que trasciende la noción de una simple temporada para convertirse en un compendio, casi un manifiesto. Demna, en su acto final para la maison, no se limita a presentar nuevas prendas; articula un lenguaje visual que ha venido perfeccionando durante diez años. Es una amalgama de 35 colecciones previas, piezas de su archivo personal y nuevas creaciones, todas convergiendo para encapsular los volúmenes, siluetas y, crucialmente, las actitudes que han caracterizado su era. Se trata de una profunda investigación sobre lo que la gente realmente viste, cómo lo viste y esa delgada, casi imperceptible, línea que separa el lujo de la moda en su expresión más pura y cotidiana. Este enfoque, que el propio diseñador describe como una suerte de “antropología de la moda y los códigos de vestimenta”, encuentra su eco visual en la colaboración con Ari Versluis y Ellie Uyttenbroek, cuyas series “Exactitudes” han sido una influencia confesa en su proceso creativo.

Lejos de ser una despedida melancólica, la colección se siente como una celebración de la identidad construida, un “regreso a casa” como lo define Demna. Es palpable el amor por el oficio, por la confección, pero sobre todo, por la observación meticulosa del ser humano y su interacción con la prenda. Los “arquetipos Balenciaga” que emergen de esta propuesta son la cristalización de ideas, vibras y siluetas que han sido fundamentales, no solo para la casa, sino para el panorama global de la moda masculina. Hablamos de una visión que ha cuestionado constantemente el guardarropa contemporáneo, empujando sus límites y fusionando la alta costura con una sensibilidad brutalmente honesta, a veces cruda, pero siempre magnética. Esta colección es, en esencia, un tributo a esa investigación incansable y al diálogo establecido con una audiencia que ha abrazado esta vanguardia con fervor.






La resonancia cultural de esta despedida se amplifica con una colaboración tan inesperada como icónica: la serie Balenciaga Music | Britney Spears. Lanzada el 3 de junio, esta cápsula de edición limitada que abarca ready-to-wear y accesorios, no es solo un guiño nostálgico. Es el reconocimiento de una figura que moldeó el sonido y el estilo de la música pop, integrándola orgánicamente en el epílogo de Demna. Camisetas, sudaderas con capucha y pañuelos de sarga de seda ostentan la firma de Spears e imágenes de archivo capturadas por Rankin y Steven Klein, todo tratado con acabados envejecidos que evocan la mercancía de álbumes vintage, como una reliquia autografiada. La propia Britney expresa su entusiasmo por esta fusión, subrayando su amor por la moda y la oportunidad de compartir imágenes de una etapa trascendental de su carrera. Este movimiento, que incluye una lista de reproducción exclusiva curada por la artista y remezclas de sus temas por BFRND el compositor detrás de la banda sonora de Balenciaga desde 2017, solidifica la conexión entre la casa y el pulso cultural global, demostrando que la moda, en su máxima expresión, es un diálogo multidisciplinario.


Para culminar esta década de transformación, la exposición “Balenciaga by Demna”, curada por el propio diseñador en la histórica sede de Kering en la rue de Sèvres donde comenzó su viaje en 2015, servirá como un resumen tangible de su visión. Del 26 de junio al 9 de julio, el público podrá sumergirse en los códigos de diseño, los volúmenes imponentes, las siluetas audaces y las actitudes que han definido la estética de Demna. Será una oportunidad para contemplar, en retrospectiva, la evolución de un lenguaje que ha desafiado convenciones y ha propuesto una nueva masculinidad, una que no teme ser vulnerable, poderosa y, sobre todo, auténtica.
