En un mundo saturado de imágenes efímeras, lo que verdaderamente resuena es aquello que parece no estar desesperado por agradar. Hay algo poderoso en mirar al lente sin sobreexplicarse, en dejar que la ropa caiga sobre el cuerpo como cae una verdad difícil de ignorar. Ese es el terreno en el que se mueve la nueva campaña de verano 2025 de GUESS JEANS: entre lo implícito y lo rotundo, entre la nostalgia y la subversión silenciosa.
En una era donde la autenticidad es la nueva moneda y la generación Z exige mucho más que estética, dos nombres emergen como símbolos de un nuevo tipo de narrativa visual: Evan Mock y Alana Champion. Pero más que modelos o celebridades digitales, son catalizadores culturales que habitan la frontera entre el arte y la moda. En esta campaña, no están interpretando un personaje: están mostrándose tal como son, con una crudeza bellamente calculada.

La lente de Ian Markell no retrata el paisaje californiano como postal, sino como portal. Las imágenes nos llevan a un estado de ánimo, más que a una locación. Es el tipo de California que no necesita filtros, donde el sol hiere con honestidad y la mezclilla se convierte en una segunda piel. Allí, Mock y Champion caminan como si no esperaran ser observados, llevando consigo una estética que no grita, pero tampoco susurra. Los esenciales de mezclilla que visten jeans de corte relajado, camisas ligeramente desabotonadas, cazadoras con costuras que invocan otra década no son reliquias ni tendencias: son piezas que viven a través de quienes las portan. La ropa, como el arte, solo cobra sentido cuando encuentra un cuerpo dispuesto a habitarla con intención. Y aquí, cada prenda parece hablar de libertad sin eslóganes.

Evan Mock no necesita una hoja de vida extensa para validar su influencia. Su andar va entre el skate y las alfombras rojas, pero es su manera de mirar al mundo lo que le da peso. El tipo de hombre que entiende la masculinidad como territorio flexible, que encuentra en la moda una herramienta de autorreconocimiento y no una máscara. Por su parte, Alana Champion también conocida como “ABC” descompone los códigos de la feminidad clásica para armar los suyos. Escritora, directora, guionista… su portafolio está plagado de proyectos que rechazan el molde y prefieren el riesgo. Alana no “luce bien” en denim; lo redefine. Lo habita desde su sensibilidad artística, desde su caos elegante.
Ambos, en conjunto, encarnan esa vibración generacional que no necesita explicarse. Y es justamente eso lo que GUESS JEANS ha sabido aprovechar con inteligencia: dejar que sus protagonistas hablen por sí mismos, sin guiones, sin poses forzadas.
Esta campaña no es un intento por reinventar la marca desde cero, sino una relectura sofisticada de su archivo. GUESS JEANS ha optado por reinterpretar su propio legado con la mirada puesta en el futuro. Las imágenes no solo aluden al estilo clásico americano, también juegan con la idea de permanencia: ¿qué pasa cuando una marca decide evolucionar sin borrar lo que fue?

Con Nicolai Marciano al frente del desarrollo de nuevos negocios, la marca ha dejado claro que el denim no se trata solo de moda, sino de cultura. GUESS JEANS ya no solo viste cuerpos, sino que propone un lenguaje visual que se conecta con disciplinas diversas: música, arte, performance, diseño. Y aunque la palabra “sustentabilidad” aparece cada vez más en sus comunicados, lo que realmente transforma es su capacidad de adaptarse sin traicionar su esencia. La inclusión de Evan y Alana no es anecdótica: es estratégica. Se suman a un elenco cada vez más diverso que incluye nombres como Brent Faiyaz, Beabadoobee o Kai-Isaiah Jamal. Personas que no piden permiso para ser quienes son, y cuya presencia otorga a la marca una profundidad inesperada.
Este movimiento no solo rejuvenece la marca ante los ojos de una audiencia exigente, también plantea una pregunta: ¿qué significa hoy pertenecer a un legado? Tal vez sea justamente eso dejar que otros lo continúen desde su individualidad. GUESS JEANS ha entendido que la moda del mañana no se impone, se sugiere. Y, sobre todo, se escucha. La campaña de verano 2025 de GUESS JEANS no se siente como una estrategia comercial, sino como un gesto artístico. No hay gritos, ni slogans vacíos. Solo una serie de imágenes poderosas que invitan a mirar más de una vez. En un mercado donde lo ruidoso es lo común, lo que calla, pero sostiene la mirada se convierte en revolución.
