Entre lo clásico y lo moderno: la evolución del armario masculino según COS

La historia de la sastrería ese arte que alguna vez dictó el pulso del poder ha entrado en una nueva órbita. Hoy, el blazer comparte pista con el polo de punto; el pantalón entallado roza sin complejos los tenis técnicos. La frontera entre lo formal y lo casual se desdibuja porque la agenda del hombre de 2025 exige piezas que resistan el vértigo de la agenda digital, sin sacrificar presencia ni carácter. En ese contexto, el armario se transforma en un sistema vivo, un «ecosistema» de básicos inteligentes que se adaptan al instante.

Desde su fundación en Londres en 2007, COS se ha propuesto destilar la esencia de la moda masculina hasta lograr proporciones quirúrgicas y una funcionalidad sobria. La propuesta Prefall 2025 perfecciona esa fórmula: blazers sin forro visible, sobrecamisas en lana ligera y pantalones de pinzas que afinan la silueta con una comodidad casi deportiva. Cada prenda responde a un nuevo mandato: vestir bien ya no basta, hay que moverse bien.

Inspirada en la investigación de corte mostrada en la pasarela SS25 donde las líneas se esculpieron a partir de drapeados y bocetos a mano, la colección extiende esa ingeniería textil hacia otoño.(COS) Los hombros caen con naturalidad y las solapas se ensanchan un milímetro apenas perceptible, suficiente para actualizar un clásico sin amputar su herencia. El resultado es un traje que dialoga con el skyline de la ciudad, tanto como con la penumbra de un bar after-office.

Gris oxford, navy profundo, hueso mineral y verde oliva integran una gama pensada para multiplicar combinaciones. Los matices cálidos oxidados y tostados irrumpen como acentos estratégicos, recordándonos que la neutralidad puede ser magnética cuando se ejecuta con precisión quirúrgica. En términos de rotación diaria, el guardarropa se convierte en un algoritmo emocional: mezclar, yuxtaponer, resolver.

La filosofía “menos, pero mejor” de COS trasciende el discurso estético: materiales certificados, procesos que priorizan la reducción de emisiones y un enfoque holístico en la longevidad del diseño. En Prefall 2025 este compromiso se siente en tejidos reciclados de lana y algodón orgánico que resisten el paso del tiempo, invitando al consumidor a invertir en piezas con retorno emocional y ambiental.

Un polo de manga larga se integra bajo el blazer para reunión de estrategia; por la noche, sobrecamisa y denim oscuro reescriben el look. El hombre COS no colecciona prendas, configura escenarios. Cada elemento funciona como un bloque Lego sofisticado: sólido en solitario, monumental en conjunto.

Entre la solemnidad del traje clásico y el desenfado del streetwear, COS Prefall 2025 traza una ruta que combina rigor con irreverencia. El armario masculino se redibuja como un territorio de posibilidades tácticas donde el confort es el nuevo lujo y la precisión, la mayor rebeldía.

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