El colibrí que conecta mundos: Vans reinventa la tradición mexicana con “Diles que estoy bien”

En el vasto universo del streetwear contemporáneo, donde cada colección busca capturar la atención de una generación acostumbrada a lo efímero, pocas logran tocar las fibras más profundas de la identidad cultural.

La nueva propuesta de la marca californiana para el Día de Muertos 2025 trasciende el simple ejercicio comercial para convertirse en un tributo auténtico a una de las tradiciones más arraigadas del folclore mexicano: la leyenda del colibrí como mensajero entre los mundos de los vivos y los muertos.

Este pequeño ser alado, que durante siglos ha sido venerado por las culturas prehispánicas como el portador de pensamientos y bendiciones entre dimensiones, encuentra ahora su representación en una colección que honra tanto su simbolismo ancestral como su relevancia en el México contemporáneo. La narrativa que sostiene “Diles que estoy bien” no emerge del vacío marketinero, sino que se nutre de raíces profundas que conectan con el corazón mismo de la cosmogonía mesoamericana, donde el colibrí ocupaba un lugar sagrado como intermediario divino.

La tradición maya cuenta que los dioses, después de crear el mundo y asignar tareas específicas a cada elemento de la naturaleza, se percataron de que faltaba algo fundamental: un mensajero capaz de transportar deseos y pensamientos entre los diferentes planos de la existencia. Con los materiales primordiales agotados, el maíz y el barro ya habían dado forma a otros seres, encontraron un pequeño fragmento de jade que tallaron en forma de flecha diminuta. Al soplar sobre esta creación, nació el colibrí, dotado de una velocidad que le permitía recorrer cualquier distancia del universo en un solo aleteo.

Para los mexicas, esta ave diminuta representaba mucho más que un simple animal: era la manifestación terrenal de Huitzilopochtli, cuyo nombre náhuatl significa “colibrí zurdo” o “colibrí del sur”. Los guerreros caídos en batalla y las mujeres que perdían la vida durante el parto se transformaban en colibríes para regresar al sol, su principal deidad, llevando consigo los mensajes de paz que tranquilizaran a sus familias: “diles que estoy bien”.

Esta creencia trascendía el ámbito puramente espiritual para manifestarse en prácticas cotidianas que perduraron incluso después de la llegada de los españoles. Los documentos del archivo inquisitorial colonial registran el uso de colibríes disecados como amuletos de amor, mientras que en la iconografía maya aparecen constantemente en los tocados de gobernantes y deidades, simbolizando la conexión divina y la fertilidad.

En este contexto cultural profundamente arraigado, la propuesta de Vans para el Día de Muertos 2025 adquiere dimensiones que van más allá del mero lanzamiento de productos. La colección “Diles que estoy bien” se articula alrededor de dos versiones del icónico Old Skool, el modelo que desde 1977 definió la identidad visual de la marca con su inconfundible Sidestripe. El Old Skool Cempasúchil presenta un estampado de flores naranjas con un colibrí bordado en la parte posterior, evocando el camino que esta ave traza entre los mundos según el folclore mexicano.

La segunda versión, el Old Skool Colibrí, incorpora un garigoleado texturizado con un colibrí en tonos azul y verde sobre los paneles laterales, recordando que la vida florece incluso en la memoria. Esta dualidad cromática no es casual: mientras el naranja del cempasúchil representa la intensidad del sol y la guía hacia el más allá, los tonos azul-verde del colibrí evocan la iridiscencia natural de su plumaje, esas características que desde tiempos prehispánicos cautivaron a observadores mayas y mexicas.

La colección se extiende más allá del calzado para incluir piezas unisex que amplifican esta narrativa visual. Dos playeras con gráficos que entrelazan al colibrí con la flor de cempasúchil funcionan como lienzos donde convergen ambos elementos simbólicos, mientras que una sudadera con aplicaciones florales se concibe como “un abrazo de memoria”. Una gorra con el bordado del colibrí completa la propuesta, funcionando como insignia atemporal de este mensaje de paz y conexión.

El detalle más íntimo de la colección reside en las calcetas con diseños inspirados en el cempasúchil, esas flores cuyo nombre náhuatl “Cempohualxochitl” significa “veinte flores” o “varias flores”. Esta flor, originaria de México y cultivada principalmente en estados como Puebla, Morelos, Ciudad de México, Tlaxcala y Oaxaca, ha sido durante siglos el elemento central de las ofrendas del Día de Muertos. Su color naranja encendido y aroma intenso no solo decoran los altares, sino que, según la tradición, guían a las almas de los difuntos de regreso al mundo terrenal.

En este panorama, la propuesta de la marca californiana encuentra terreno fértil. La Gen Z mexicana busca prendas oversize, diseños retro inspirados en los años 90 y 2000, y sobre todo, elementos que les permitan conectar con sus raíces culturales sin sacrificar su estética urbana contemporánea. La colección “Diles que estoy bien” satisface estas necesidades al combinar la silueta clásica del Old Skool con elementos visuales que hablan directamente al imaginario cultural mexicano.

Laura Romero, Merchandise Coordinator de Vans México, articula esta filosofía al explicar que la colección funciona como “un puente entre la tradición y la vida cotidiana”, recordando que “las historias, los símbolos y los recuerdos nos acompañan siempre, incluso en lo más sencillo, como un calzado”. Esta perspectiva refleja un entendimiento sofisticado del papel que juegan los objetos cotidianos en la construcción de identidad, especialmente para una generación que ha crecido fusionando lo digital con lo tangible, lo global con lo local.

La colección se lanzará el 25 de septiembre en vans.mx, tiendas seleccionadas y retailers autorizados en México, coincidiendo estratégicamente con el período previo al Día de Muertos. Esta temporalidad no es accidental: busca insertarse en el ciclo cultural mexicano cuando la sociedad se prepara para honrar a sus difuntos, momento en que los símbolos del cempasúchil y el colibrí adquieren mayor resonancia emocional.

La verdadera innovación de esta colección no reside en sus aspectos técnicos o estéticos, sino en su capacidad de transformar elementos culturales ancestrales en vehículos de expresión contemporánea sin traicionar su esencia original. El colibrí de jade de la mitología maya encuentra nueva vida en los paneles texturizados del Old Skool, mientras que el cempasúchil que guiaba a las ánimas en las tradiciones prehispánicas ahora acompaña los pasos urbanos de quienes portan estas piezas.

Esta transformación no constituye una apropiación cultural, sino una reinterpretación respetuosa que permite que elementos sagrados mantengan su dignidad mientras encuentran nueva relevancia en contextos contemporáneos. La marca logra este equilibrio al mantener la integridad simbólica de cada elemento: el colibrí conserva su rol de mensajero, el cempasúchil su función de guía, y ambos siguen transmitiendo ese mensaje fundamental de paz y conexión que trasciende la muerte.

En última instancia, “Diles que estoy bien” trasciende su función como colección de moda para convertirse en un recordatorio tangible de que los símbolos ancestrales conservan su poder en el mundo contemporáneo.

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