Dos ciudades, dos maneras de entender el estilo. De un lado, la precisión parisina que pule el gesto hasta volverlo actitud.
Del otro, la herencia británica que convirtió una suela de crepé en un símbolo mundial. En Otoño/Invierno 25, esas fuerzas se encuentran para reescribir sin ruido y con carácter la gramática del calzado que usamos todos los días.
No es nostalgia; es ingeniería emocional. La Desert Boot™, concebida por Nathan Clark y lanzada en 1950 tras inspirarse en un modelo visto en los bazares de El Cairo, se ganó su lugar por simpleza, confort y una silueta que funciona con denim, sastrería ligera o abrigo largo. Hoy celebra 75 años de vida y, lejos de encogerse, vuelve a ponerse al frente del tablero cultural.

En paralelo, la Wallabee™ nacida a finales de los 60 encontró en la calle su escenario natural: mods, dancehall, hip-hop y britpop la adoptaron por ese equilibrio raro entre comodidad absoluta y presencia estética. Si hablamos de calzado con pasaporte cultural, pocos pares han pisado más territorios que este.
La propuesta conjunta se mueve con respeto y a la vez con filo. SANDRO no “maquilla” los modelos; los tensiona justo donde interesa: materiales, limpidez de líneas y un pulso urbano pulcro. La casa parisina reinterpreta la Wallabee™ masculina en derbies de ante de becerro arena, piel color coñac y efecto pony chocolate, siempre sobre la suela de crepé que define a Clarks Originals. En femenino, la Desert Boot™ abraza el clima de la temporada con borrego beige y piel con efecto vacuno. Son ajustes puntuales que no rompen la silueta, solo la llevan a un registro más sofisticado.
El guiño histórico es claro: el aniversario 75 de la Desert Boot da marco y sentido a la cápsula.

Porque la conversación masculina cambió. Ya no buscamos piezas “ruidosas” para aparentar, sino objetos con funcionalidad, durabilidad y memoria. La suela de crepé sigue siendo una respuesta honesta al movimiento diario; el empeine limpio permite que el resto del look respire. Y cuando una firma parisina como SANDRO interviene, el resultado no es moda efímera: es refinamiento utilitario que aterriza igual de bien en la oficina creativa, un concierto o una cena sin dress code.




Cómo llevarlos (sin complicarte la vida)
- Wallabee derby chocolate (efecto pony): con pantalón recto de lana en gris medio, camisa oxford azul y abrigo cruzado. Texturas que dialogan, cero estridencias.
- Wallabee arena (ante): denim oscuro, knit de cuello alto en camel y una bomber de cuero minimal. El ante pide luz suave; deja que el resto acompañe.
- Desert Boot con borrego: falda midi o pantalón holgado, medias opacas y coat voluminoso; el contraste entre lo táctil del borrego y la línea limpia del abrigo es la clave.
- Desert Boot efecto vacuno: combina con sastrería relajada (traje desestructurado) y camiseta blanca de buen gramaje; el “twist” va en el calzado, no en el ruido del outfit.

