El maquillaje sin género es una tendencia que cada vez gana más adeptos en el mundo de la cosmética y la moda juvenil. Se trata de romper con los estereotipos y las normas sociales que dictan cómo debe verse cada sexo y apostar por una belleza libre, diversa y creativa. El maquillaje sin género no es algo nuevo, sino que tiene una larga historia que se remonta a las civilizaciones más antiguas.
Pensemos por un momento en el antiguo Egipto, seguro viene a nuestra mente el delineado negro de Cleopatra y los labios pintados de rojo. Pero no solo ella se maquillaba así, sino también los faraones y los nobles. El maquillaje tenía un significado religioso y mágico, se creía que protegía de los malos espíritus y del sol abrasador. Los egipcios usaban ingredientes naturales como el kohl, la henna, el ocre y la alheña para crear sus looks.
Ahora, ¿qué tal si pensamos en los romanos o los aztecas? Cada una de estas culturas tenía su propia identidad religiosa y cultural que se reflejaba en los adornos del rostro. Los romanos se maquillaban con polvos blancos, sombras de ojos, coloretes y pintalabios para imitar la belleza ideal de los dioses. Los aztecas se pintaban con pigmentos vegetales y minerales para honrar a sus deidades y mostrar su rango social. No existía diferenciación por género: hombres y mujeres se maquillaban por igual.
Si quieres hacer un recorrido por la historia del maquillaje, te invitamos a un maratón de películas y series de época, ahí te darás cuenta de una constante: el maquillaje es el reflejo de los valores y creencias de una sociedad. Por ejemplo, si ya viste la película Troya ¿has notado el estilo de Elena? Su maquillaje natural y el clásico peinado que usaba sí que trajo problemas, y, ni hablar de Elizabeth Bennet ¿qué pensaría el Sr. Darcy si llevará los labios rojos?
La realidad es que cada época está marcada por un estilo, durante el renacimiento si se quería mostrar estatus, la piel tenía que ser muy blanca, el cabello rizado y las cejas finas; además, los lunares se consideraban muy estéticos por lo que pintarse alguno que otro era muy común (sino pregúntenle a la reina Charlotte de Bridgerton). Pero, si te transportaras al siglo XIX tal vez no serías nombrada el diamante de la temporada, durante este tiempo, la Reina Victoria de Inglaterra consideraba el maquillaje como algo vulgar e impropio de la sociedad.
Para los hombres la historia es parecida, en el siglo XVII, el Rey Luis XIII puso de moda las pelucas dentro de la elite francesa de la época, durante este periodo se debían seguir estrictos rituales de belleza. Los hombres se aplicaban polvos blancos en el rostro, coloretes en las mejillas y pintalabios rojos para resaltar sus rasgos. Sin embargo, esta moda cambió radicalmente con la Revolución Francesa, cuando el maquillaje se asoció con la aristocracia decadente y corrupta.
El siglo XX fue testigo de grandes cambios sociales y culturales que también se reflejaron en el maquillaje. Las mujeres empezaron a reclamar sus derechos y a expresar su personalidad a través del color. Los años 20 fueron la época del glamour y la sofisticación, con las flappers y sus labios rojos, sus ojos ahumados y sus cejas finas. Los años 50 fueron la década de las divas de Hollywood, con Marilyn Monroe y su icónico estilo de piel de porcelana, ojos delineados y labios carnosos. Los años 60 fueron la revolución del pop art, con Twiggy y sus pestañas postizas, sus sombras de colores y sus labios nude.
Los hombres también experimentaron con el maquillaje en el siglo XX, sobre todo en el ámbito de la música y el espectáculo. Los Beatles, los Rolling Stones, David Bowie, Prince, Kiss, Boy George, Marilyn Manson y muchos otros artistas rompieron con los cánones establecidos y se atrevieron a usar el maquillaje como una forma de expresión artística y de rebeldía. El maquillaje se convirtió en un símbolo de libertad, creatividad y diversidad.
En el siglo XXI, el maquillaje sin género ha cobrado más fuerza que nunca, gracias al auge de las redes sociales, los influencers, las marcas inclusivas y los movimientos sociales que luchan por la igualdad y el respeto. Cada vez más personas se animan a usar el maquillaje sin importar su sexo, su edad, su raza o su orientación sexual. El maquillaje sin género es una forma de celebrar la belleza humana en todas sus formas y colores.
Hoy, el uso de maquillaje genderless representa un movimiento cultural global que responde a una nueva realidad que exige menos estereotipos y más libertad. Este cambio de enfoque representa un cambio en la historia y en las normas culturales que a través del tiempo se adaptan a los nuevos entornos.
Para, María José Arrachea, directora de mercadotecnia de Natura México, este es el camino que todas las marcas enfocadas a los productos de belleza deben seguir e impulsar. “Estamos en el camino de aprender a cuidar de nosotros, la pandemia nos trajo una dura lección que nos enseñó que el bienestar va más allá de cánones establecidos, por eso, hoy más que nunca es importante celebrar la pluralidad humana e impulsar el precepto de la belleza libre”, comentó.
Para la ejecutiva, la marca ha sido pionera en impulsar temas de igualdad de género, por ello, desde 2017, Natura ha buscado a través de su línea Faces incorporar la etiqueta “para todos”.
“Esta es la forma en la que queremos valorar la individualidad y reforzar que ¡la belleza es libre! Por eso, durante este mes, quisimos lanzar nuestra nueva “Colección del Amor” donde buscamos resaltar la importancia de que todos puedan expresar su propia identidad sin reglas; estamos convencidos ¡la belleza es diversa!”, agregó María José Arrachera.
“Colección del Amor” de Natura Faces presenta sus 4 nuevos lápices acuarelables en color naranja, violeta, rosa y verde con textura cremosa que pueden ser utilizados como delineador o crear un efecto sombra si se humedece la punta.