En el exclusivo universo de la moda y el superlujo, donde la audacia se encuentra con la elegancia, el Rolls-Royce Ghost Prism se alza como un bastión de autoexpresión atemporal. Este vehículo trasciende la mera noción de transporte; es una extensión de la identidad de aquellos que se atreven a ser diferentes, a ser ellos mismos.
Innovación en el diseño que marca tendencia
El Ghost Prism es la materialización de un movimiento estético vanguardista. Su diseño, que rompe con lo establecido, presenta tonalidades oscuras y neutras que encapsulan la quintaesencia del lujo contemporáneo. Sin embargo, es la aplicación sutil y estratégica de colores vibrantes lo que lo distingue, un tributo a la individualidad que los clientes tanto aprecian.
Cada Ghost Prism es una pieza única, con acabados minerales profundos y un proceso de pintura que refleja la destreza y el arte de Rolls-Royce. La parrilla y la tapa trasera, presentadas en un sofisticado tono negro-gris ahumado, son el testimonio de una atención meticulosa al detalle y la exclusividad que define a la marca.
Un interior iluminado por las estrellas
El interior del Ghost Prism es un cosmos en miniatura, con 1.040 estrellas del Bespoke Starlight Headliner que bañan la cabina con un resplandor etéreo. Esta iluminación estelar, en combinación con una paleta interior que es tanto vibrante como sutil, ofrece una experiencia sensorial inigualable, un santuario de calma y lujo.
Con tan solo 120 ejemplares disponibles en todo el mundo, el Ghost Prism es un homenaje al 120º aniversario de Rolls-Royce Motor Cars. Esta disponibilidad limitada subraya la exclusividad y el prestigio que solo Rolls-Royce puede ofrecer, un reconocimiento sutil a la historia y la innovación.