Si eres fan de las bolsas que te hacen pensar y reír al mismo tiempo, entonces no puedes dejar pasar la nueva colaboración entre Longchamp y Toiletpaper, la revista de arte irreverente y provocadora creada por el artista italiano Maurizio Cattelan y el fotógrafo Pierpaolo Ferrari. Estos dos genios han transformado la clásica y elegante Le Pliage® en una obra de arte pop, llena de humor, color y surrealismo.
La colección LONGCHAMP x TOILETPAPER presenta cinco diseños que combinan íconos franceses como la baguette y el bulldog, con elementos característicos de Longchamp como el caballo y la pipa de piel. El resultado son imágenes divertidas y originales, que invitan a mirar dos veces y a cuestionar lo que vemos. ¿Es una baguette o una pipa? ¿Es un perro o un caballo? ¿Es una bolsa o una obra de arte?
Los artistas detrás de esta colaboración nos cuentan que su intención es crear para que la vida no sea aburrida, y sorprender al público con una nueva perspectiva. No hay un único mensaje detrás de cada imagen, sino que cada uno puede interpretarlas como quiera. Lo que sí es seguro es que no pasarán desapercibidas, y que harán sonreír a quien las lleve o las vea.
La directora creativa de Longchamp, Sophie Delafontaine, se muestra entusiasmada por el encuentro entre el arte y la moda que representa esta cápsula. Afirma que la estética atrevida y el enfoque desenfadado de Toiletpaper encajan con la visión de lujo optimista de Longchamp, que busca ofrecer productos de calidad, innovadores y divertidos.
La colección incluye bolsas Le Pliage® de poliéster reciclado en colores vibrantes como rosa caramelo, azul cielo y amarillo soleado, con las imágenes impresas en el lienzo. También hay llaveros de piel de vacuno con los mismos motivos, y un listón de seda con el logo TOILETCHAMPLONGPAPER, que combina perfectamente con las bolsas. Las imágenes fueron capturadas en el estudio de Toiletpaper en Milán, con un cuidado extremo por el realismo. Tanto es así, que uno de los perros protagonistas le dejó unas marcas de mordida a una pipa de piel que perteneció al fundador de Longchamp, Jean Cassegrain. Un detalle que le causó gracia a su nieta Sophie, quien ahora considera esa pipa una obra de arte.
